jueves , diciembre 12 2024

Amor e inocencia

Amor e inocencia es lo que María de los Ángeles Alvarado de Peña, o como la conocía la gente, «Madre Vicky», emitía cada vez que se interactuaba con ella.

Era usual verla en eventos conmemorativos a las víctimas del conflicto armado, donde se exigía verdad, justicia, reparación, medidas de no repetición y memoria histórica (justicia transicional) para todas las víctimas.

Usual, pero no normal.

No es normal, y no debería ser normal, que miles de familias salvadoreñas permanezcan más de 50 años sin saber qué le pasó a sus seres queridos en tiempos de extrema violencia.

Pero Madre Vicky asumió el reto desde los 7 años. En 1977 se incorporó a los comités de madres, a COMADRES, específicamente, saliendo a las calles junto a su madre para exigir al cruel Estado militar cesar la represión y buscar a las personas que sus cuerpos de (in)seguridad desaparecieron.

En cualquier acción sobre las víctimas del conflicto armado sabíamos que contábamos con ella y su amor e inocencia. «Mi niña» o «mi niño», nos decía a todas las personas que saludaba, y brindaba un abrazo genuino de cariño.

La inocencia, vale aclarar, era solamente de carácter. Si se le preguntaba algo relacionado a las víctimas, ella lo contestaba con la afirmación que más de 50 años de defensa de los derechos humanos construía.

Y ella conocía sus derechos. Y si ella hubiera podido tener algún ápice de poder para crear políticas públicas, si en El Salvador en realidad se escuchara a la gente, las víctimas de los crímenes de lesa humanidad cometidos en el conflicto armado hubieran tenido un trato humano, digno y rehabilitante en estos años de posguerra.

Quizás muchas víctimas no hubieran muerto sin conocer la liberación de la verdad y la justicia.

Pero, como sabemos, en El Salvador a la clase política no le interesa escuchar a las víctimas.

Prueba de ello es que desde que en 2016 se derogó la Ley de Amnistía General, documento que legalizó la impunidad por 23 años, los diputados de la Asamblea Legislativa no han querido estudiar o prestar atención a 4 propuestas de Ley de Justicia Transicional que las víctimas han presentado en el «salón del pueblo» con el apoyo de organizaciones y personas defensoras de los derechos humanos.

Ahora Madre Vicky descansará, y El Salvador sigue sin tener Ley de Justicia Transicional.

Ahora Madre Vicky descansará, y las víctimas del conflicto armado pasado siguen siendo olvidadas por el Estado.

Hasta pronto, Madre Vicky, figura del amor y la inocencia, luchadora desde su niñez por los derechos de la gente, madre, hija.

Su voz y lucha seguirán en nuestra memoria como el motor de la convicción de que estamos en la parte correcta de la historia.

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