El 17 de marzo de 1982, Koos Koster, Jan Kuiper, Joop Willemsen y Hans ter Laag fueron emboscados y asesinados en Santa Rita, Chalatenango, por una patrulla del Batallón Atonal de la Fuerza Armada mientras los periodistas se dirigían a realiza grabaciones para un documental sobre la vida de civiles salvadoreños en el conflicto armado. En contraste con la versión de la Fuerza Armada de que esto fue parte de un tiroteo circunstancial, organizaciones defensoras de derechos humanos afirmaron que fue una acción planificada.
“Este fue un acto planificado y deliberado de violencia extrema llevado a cabo por soldados del Batallón Atonal de la Fuerza Armada que no solo conmocionó a los pueblos de El Salvador, los Países Bajos y la comunidad internacional, sino que también dejó una huella indeleble en la lucha por la justicia y la libertad de expresión en todo el mundo”, mencionó un comunicado difundido por la Fundación Comunicándonos.
El Informe de la Comisión de la Verdad relató la versión de los hechos con base a testimonios brindados a este equipo creado por los acuerdos de paz para determinar qué pasó en casos de crímenes de lesa humanidad cometidos durante el conflicto armado. “Estas afirmaciones no parecen corresponder con la verdad”, determinó la Comisión sobre la narrativa de que el asesinato de los 4 periodistas holandeses fue circunstancial.
“La Comisión de la Verdad considera que existe plena evidencia de que la muerte de los periodistas holandeses, Koos Jacobus Andries Koster, Jan Cornelius Kuiper Joop, Hans Lodewijk ter Laag y Johannes Jan Wilemsen, ocurrida el 17 de marzo de 1982, fue consecuencia de una emboscada planeada con anterioridad por el Comandante de la Cuarta Brigada de Infanterfa, Coronel Mario A. Reyes Mena, con el conocimiento de otros oficiales, en el cuartel de El Paraíso, sobre la base de información de inteligencia que les alertó de su presencia, y fue ejecutada por una patrulla de soldados perteneciente al BIRI Atonal, al mando del sargento Mario Canizales Espinoza”, concluyó la Comisión.
Desde 2018, la Fundación Comunicándonos y la Asociación Salvadoreña por los Derechos Humanos (ASDEHU), en representación de los familiares de los periodistas y con el apoyo de la Embajada del Reino de los Países Bajos en Costa Rica para Centroamérica, han realizado las diligencias necesarias para poder reabrir y judicializar el caso.
En 2022, dos de los presuntos acusados, el general y exministro de Defensa, José Guillermo García y el coronel y exdirector de la Policía de Hacienda, Francisco Antonio Morán, fueron puestos bajo detención provisional por orden de la jueza del caso. El coronel y excomandante de la Cuarta Brigada de Infantería de Chalatenango, Mario Reyes Mena, principal acusado, actualmente vive en Estados Unidos, pero se ha ordenado su extradición hacia El Salvador.
El general Rafael Flores Lima, exjefe del Estado Mayor y el sargento Mario Canizales, quien dirigió la patrulla del Batallón Atonal que ejecutó la emboscada, también fueron señalados de participar en los asesinatos, pero ambos se encuentran fallecidos.
Este 17 de marzo de 2024 se cumplieron 42 años desde que se llevó a cabo el crimen de lesa humanidad; uno que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) calificó como un caso paradigmático de violación a la libertad de expresión.
Como acto de conmemoración, la Fundación Comunicándonos y ASDEHU llevaron a cabo una misa en la Cripta de Monseñor Romero, en la Catedral Metropolitana de San Salvador, donde se realizaron ofrendas a honor de los periodistas holandeses.
“La valentía y dedicación a la profesión periodística de los 4 periodistas holandeses continúan siendo una luz de inspiración para todas las personas que luchan por un mundo donde la verdad no sea silenciada por la violencia y la censura”, afirmaron las organizaciones representantes en el caso.