“Creo que es el momento de pensar más allá de lo antropocéntrico y pensar en que seres humanos formamos parte de este planeta, de la naturaleza y tenemos que cuidarlo”, dijo Markus Gottsbacher, oficial de programa senior del Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC por sus siglas en inglés) de Canadá, misma organización que financia el proyecto Aporto “Espacio Cívico y Justicia Climática en Centroamérica”.
Este 26 de enero fue lanzado oficialmente dicho proyecto junto a integrantes del esfuerzo. En este sentido, Gottsbacher manifestó que lo que se busca con ello es profundizar en toda la región centroamericana y contribuir en la incidencia de políticas públicas para resolver los impactos del cambio climático, pero tomando en cuenta las miradas de las poblaciones indígenas y afrodescendientes por su defensa y relación íntima con el medio ambiente.
“¿Por qué es el tema de justicia climática en el Pacífico muy importante? Yo creo que esos son conceptos que se han desarrollado más bien en el Norte Global sin tomar en cuenta las voces, los sentires, los saberes, los conocimientos y ciencias sobre todo de las poblaciones que sufren los impactos del cambio climático y, como lo vemos, sobre todo en esto que está pasando aquí con los y las defensoras sus derechos del medio ambiente”, dijo.
Gottsbacher sostuvo que entre los retos que se enfrentan en la región se encuentran las amenazas, incluso muertes, hacia las personas que defienden al medioambiente y los derechos humanos, entre las cuales predominan las mujeres.
Mencionó además como otro reto que en la región se observan tendencias autocráticas y que las personas manifiestan que prefieren resultados y ven insuficientes los procesos democráticos. Sumado a esto, indicó que en la región se ha asentado una mentalidad del extractivismo como un sinónimo de desarrollo, pero que realmente afecta en su conjunto a la sociedad y los bienes naturales.
Para, Gottsbacher, el comprender y vincular el concepto de espacios públicos, las políticas públicas y las experiencias de las voces provenientes desde lo comunitario en América Central y otras regiones es vital para avanzar a una sociedad más incluyente.
“Pensar más profundo en cómo cuidar a toda la humanidad y nuestro planeta, integrar todas esas voces que han cuidado la naturaleza y aprender de esas culturas es necesario para crear espacios cívicos muy incluyentes y democráticos y también contrarrestar las lógicas de destrucción y división de conflictos”, añadió.
Con edición de Diego Hernández