Habitantes de Dulce Nombre de María, Chalatenango, vieron por primera vez el documental “A Sangre Fría”, una producción de Zembla, que retrata la historia de los cuatro periodistas holandeses y señala los altos mandos militares que presuntamente confabularon para su emboscada y asesinato en Santa Rita, Chalatenango.
“Me pareció una información valiosa el poder conocer estos hechos que de alguna forma han marcado la historia del país a nivel nacional e internacional y creo que es muy importante que las nuevas generaciones y la sociedad en general conozcamos estos hechos ya que el saber la verdad, podemos estar al tanto de la exigencia de que haya justicia y que estas historias tristes y lamentables no se vuelvan a repetir”, dijo Mirna Erazo, tras la proyección.
La actividad estuvo a cargo de la Fundación Comunicándonos y con apoyo de la feligresía de la iglesia católica de Dulce Nombre de María. La proyección se llevó a cabo este 24 de mayo a un costado de dicha iglesia a solo pocos días de la fecha reprogramada del juicio en el caso de los periodistas holandeses: el próximo 3 de junio.
“Vale la pena mantenerlo (el caso) en la memoria de todo el pueblo, porque es un caso que merece que se haga justicia y que se castiguen a los culpables de tan horrendo crimen para que no vuelva suceder”, expresó Gonzalo Mejía, habitante de la zona.
A Sangre Fría es un documental publicado en 2018 por Zembla, programa de periodismo investigativo en los Países Bajos. Entre los hallazgos principales del documental se destacó el descubrimiento del paradero en Virginia, Estados Unidos, del coronel Mario Adalberto Reyes Mena; uno de los principales acusados en el caso. Reyes Mena posee una orden de notificación roja para su detención emitida por la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL) y enfrenta un proceso civil en Estados Unidos.
La Fundación Comunicándonos ha reproducido este documental periodístico con diversos sectores, entre estos con estudiantes de periodismo de la Universidad de El Salvador, con el objetivo de mantener la memoria histórica del legado de los cuatro periodistas holandeses.
Con edición de Diego Hernández