martes , septiembre 16 2025

Testimonio de Francisco Álvarez, exesposo de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval, ante la Corte IDH

Este es el testimonio escrito de Francisco Alfredo Álvarez Solís para la audiencia pública llevada a cabo el 22 de noviembre de 2023 del Caso Cuéllar Sandoval y Otros vs El Salvador; un caso ventilado en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) relativo a desapariciones forzadas cometidas durante el conflicto armado salvadoreño. Álvarez es exesposo de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval, desaparecida el 28 de julio de 1982 por elementos estatales de seguridad salvadoreña. El mismo día, Mauricio Cuéllar Cuéllar (padre de Patricia) y Julia Orbelina Pérez (trabajadora del hogar de Mauricio) también fueron desaparecidos.

El testimonio escrito, brindado a VOCES por Álvarez, explica los hechos ocurridos alrededor de las desapariciones, plantea preguntas que las autoridades salvadoreñas deben esmerarse en contestar y relata brevemente el impacto en Álvarez.

El testimonio verbal puede ser escuchado desde el minuto 3:32 haciendo clic aquí . Este varía un poco del escrito, pues Álvarez lo hizo sentado como declarante en el estrado de la Corte IDH en plena audiencia pública enfrente de los magistrados del Tribunal, la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) representantes del Estado salvadoreño y la representación de las víctimas.

42 años después, el caso de las desapariciones de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval, Mauricio Cuéllar Cuéllar y Julia Orbelina Pérez sigue sin resolverse. Sus familias todavía siguen buscando verdad y justicia. El 16 de mayo de 2024, la Corte IDH declaró culpable al Estado salvadoreño de: las desapariciones forzadas de Patricia, Mauricio y Julia; de violar el derecho a defender derechos humanos de Patricia; responsabilizó al Estado por las afectaciones en los familiares de las víctimas y ordenó medidas de reparación para las familias.

A pesar de ello, hasta el día de hoy todavía no se han llevado a cabo las reparaciones.

Corte Interamericana de Derechos Humanos
San José Costa Rica
Honorables miembros de la Corte:

Mi nombre es Francisco Alfredo Álvarez Solís, soy salvadoreño por nacimiento y ciudadano británico por naturalización. He sido convocado al 163º Período Ordinario de Sesiones que esta Corte lleva a cabo este día, 22 de noviembre de 2023, para dar mi testimonio como presunta víctima por la captura ilegal y posterior desaparición forzada de mi exesposa Patricia Emilie Cuéllar Sandoval, Mauricio Cuéllar Cuéllar y Julia Orbelina Pérez ocurridas en la ciudad de San Salvador, El Salvador, el día 28 de julio de 1982.

Agradezco la oportunidad que la Corte me ha dado para reafirmar la información de Fondo de este caso y aportar nuevos elementos e información que hemos encontrado que pienso son claves e importantes para el establecimiento de la verdad y la aplicación de la justicia en el presente caso.

Los hechos (captura ilegal y desaparición de mi exesposa Patricia Emilie Cuéllar, Mauricio Cuéllar Cuéllar y Julia Orbelina Pérez)

Tal como lo expuse en el Habeas Corpus entregado el 29 de julio de 1982 a la “Honorable Corte Suprema de Justicia” de El Salvador, mi exesposa Patricia Emilie Cuéllar Sandoval, (de nacionalidad salvadoreña y estadounidense), fue capturada con seguridad por elementos del ejército y agentes de seguridad del Estado de El Salvador, el día 28 de julio de 1982, entre dos y media y tres de la tarde, al salir de casa de su tía María Consuelo Cuéllar (Chelo).

Debido a lo limitado del tiempo, pero sobre todo al hecho de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) así como las honorables personas de esta Corte conocen muy bien la Información de Fondo del presente caso, no voy a repetir mucha información que ya se ha presentado.

No obstante, honorables miembros de la Corte, he tomado la iniciativa de adjuntar un informe (“Contexto histórico político de la captura y la desaparición forzosa de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval, Lic. Mauricio Cuéllar Cuéllar y Julia Orbelina Pérez (1975 – 2023)” que he preparado con el objetivo de presentar de forma documentada y organizada cronológicamente, los acontecimientos que precedieron la captura ilegal de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval, de su padre y de la señora Pérez, así como los hechos y gestiones posteriores. La información y los documentos consultados para la elaboración de la cronología del caso, están tomados de múltiple fuentes nacionales e internacionales, entre los cuales cabe mencionar la sala virtual de lectura de documentos confidenciales y secretos desclasificados de la Central de Inteligencia, CIA, el sitio virtual del Departamento de Estado de Estados Unidos, el FBI, el National Security Archive, NSA, el Centro de Documentación e Información para la Investigación (CIDAI) de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, UCA y otros.

La información y la reconstrucción del período de la crisis y la guerra en El Salvador, relevantes para el caso, nos proporciona una perspectiva histórica-política que muestra que la persecución, captura, (posiblemente tortura y violación) y posterior (asesinato) y desaparición de Patricia Emilie Cuéllar fue:

A. En primer lugar, resultado de un trabajo de inteligencia militar sistemático, de largo alcance, y de una planificación y ejecución llevadas a cabo por fuerzas combinadas de seguridad, inteligencia y del ejército de El Salvador. Esto implica que por la vía de cadena de mando existente en ese tiempo, en todo el proceso estuvieron implicados (directa e indirectamente) diferentes funcionarios civiles y agentes militares del Estado. Así, la captura y posterior desaparecimiento forzoso de mi exesposa y madre de nuestros tres hijos, no fue un accidente. Como muy bien lo ha señalado y documentado el Informe de la Comisión de la Verdad para El Salvador de la ONU, en las operaciones militares y para-militares de aniquilamiento de ese período, la interrelación entre los cuerpos de seguridad, ejército y los llamados escuadrones de la muerte de la ultraderecha fue indistinguible. Lamentablemente, los gobiernos de El Salvador de esa época, así como la Administración de Ronald Reagan fueron cómplices directos o indirectos como lo expusieron diferentes fuentes de la época y lo confirman documentos recientemente desclasificados.

No obstante, la captura y posterior desaparición forzosa del Lic. Mauricio Cuéllar Cuéllar, en ese tiempo Director o Gerente General de la Asociación Salvadoreña de Industriales, ASI, y de su empleada, señora Julia Orbelina Pérez, sí fue un accidente, (igual o mucho más reprochable y condenable) en tanto que ellos nunca participaron o se involucraron con ningún tipo de organización política, organizaciones de defensa de los derechos humanos, asistencia humanitaria o religiosas que, en virtud de la doctrina de la seguridad nacional e ideología anticomunista, eran categorizadas como “subversivas”.

B. En segundo lugar, entre 1970 – 1980, años de plena juventud de Patricia Emilie Cuéllar, la violencia del Estado Autoritario Militar de ese período se dirigió masivamente en contra de los campesinos que participaban en las organizaciones emergentes del sector rural (Cooperativas, Comunidades Eclesiales de Base y gremiales) y en la ciudad en contra de los ciudadanos que participaban o trabajaban en las asociaciones estudiantiles, en las organizaciones de derechos humanos, las ONG de ayuda humanitaria y otras; pero uno de los blancos sistemática y cuantitativamente más golpeados fueron los sacerdotes diocesanos de la iglesia católica, incluidos el asesinato de Monseñor Romero en 1980, religiosas, hombres y mujeres de las Comunidades Eclesiales de Base (CEB) y los sacerdotes jesuitas que sufrieron múltiples atentados de bombas y el asesinato de seis eminentes académicos de la Universidad Centroamericana (UCA).

Desde joven Patricia Emilie Cuéllar Sandoval y yo, participamos en las organizaciones juveniles cristianas y movimientos de juventud. Luego cuando entramos a estudiar la carrera de sociología en la universidad participamos en el gremio de estudiantes de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, UCA. Seguidamente, cuando el conflicto recrudeció debido a las operaciones de tierra arrasada del ejército y la fuerza aérea y miles de campesinos fueron desplazados de sus lugares de vivienda en el campo y se refugiaran en las iglesias y el Seminario de San José de la Montaña, Patricia Emilie Cuéllar Sandoval y yo colaboramos con las organizaciones humanitarias que brindaban asistencia a los desplazados. Cabe mencionar entre ellas el Secretariado Social del Arzobispado, con el Padre Octavio Cruz que en ese entonces era Coordinador. Luego en 1980, Patricia entró a trabajar como secretaria en la oficina del Socorro Jurídico Cristiano y yo como voluntario procesando información estadística sobre la violación de los derechos humanos. Posteriormente trabajé en el Centro de Información, Documentación y Apoyo a la Investigación, CIDAI, de la UCA; el padre Ignacio Ellacuría era nuestro jefe.

C. En tercer lugar, el secuestro y/o captura de Patricia Emilie Cuéllar estuvo precedido por varios operativos militares y actividades de recolección de información de inteligencia entre las que cabe mencionar:

En agosto o septiembre de 1978, (no recuerdo la fecha exacta) unos 50 agentes de la Policía Nacional y soldados, que llegaron en vehículos de la Policía, camiones y tanquetas del ejercito a nuestra casa ubicada en la Colonia Pinares de Monserrat, No. 26 de San Salvador, llevaron a cabo un exhaustivo operativo de cateo de todo el lugar. Aunque en esta ocasión no fuimos capturados, se nos interrogó intensivamente y fuimos fotografiados, con lo cual suponemos se creó o se actualizó un expediente para cada uno. Al final del operativo llegó un hombre de civil y nos interrogó nuevamente. Notamos que por sus rasgos físicos y acento al hablar, podría haber sido un asesor o agente especial estadounidense.

En otra ocasión, 18 marzo de 1981, cuando vivíamos temporalmente con mis padres en la 5ta. Avenida, Pasaje Venecia, de San Salvador, cerca de las 11:00 pm, un grupo de soldados llegó en un Pick Up a nuestra casa. Es importante recordar que el país vivía bajo el Estado de Sitio y la Ley Marcial y que solamente los vehículos militares y los paramilitares podían circular a esas horas de la noche.

En esta ocasión, unos ocho o diez militares entraron y registraron toda la casa. El oficial del operativo entró y preguntó (literalmente): “¿Dónde está la comunista Patricia Cuéllar? Sabemos que vive aquí”. Como lo expuse hace 41 años en la denuncia que antepuse al Socorro Jurídico Cristianos y la Tutela Legal, los militares se llevaron a mi padrastro, Carlos Américo Alvanez, (RIP), para que les fuera a enseñar la casa del padre de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval. De acuerdo a lo que mi padrastro nos contó a su regreso, los soldados antes de pasar a dejarlo a casa, fueron al cuartel de la Primera Brigada de Infantería a dejar a un joven capturado con señales de tortura, que seguramente habían obligado a ir a enseñar nuestra casa. Nunca supimos su nombre ni si fue procesado o puesto en libertad.

D. Finalmente, un día antes de su captura, Patricia Emilie Cuéllar Sandoval denunció haber sido perseguida en la ciudad por dos sujetos que ella evadió conduciendo su vehículo hacia las oficinas del Socorro Jurídico Cristiano localizadas en el Colegio Externado de San José de los sacerdotes jesuitas en San Salvador.

El mismo día de la captura de Patricia Emilie Cuéllar, el 28 de julio de 1982, otros dos operativos militares fueron llevados a cabo por las fuerzas de seguridad del Estado. El primero, aproximadamente a las a 10:30 PM, a la casa del Lic. Mauricio Cuéllar Cuéllar en donde registraron la casa y capturan a Don Mauricio Cuéllar y a la señora Julia Orbelina.

Al retirarse del lugar los militares también se llevaron algunos objetos personales y el vehículo del Lic. Cuéllar el cual nunca apareció.

Simultáneamente, o un poco después, el segundo operativo se llevó a cabo en el apartamento donde vivían Patricia Emilie Cuéllar Sandoval y nuestros hijos, muy cerca de la casa de Don Mauricio. Muchos objetos y documentos fueron removidos del lugar. Algunos testigos indicaron que los militares llegaron en camiones, entraron sin violentar la puerta del apartamento y realizaron tres viajes. En este tiempo, Carlos Mauricio Funes, (muchos años después presidente de El Salvador entre 2009 y 2014), su esposa Marlene de Funes (ahora divorciada) y sus dos hijos pequeños vivían en el piso de arriba de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval. Seguramente ellos fueron de los testigos de lo ocurrido porque eran vecinos y buenos amigos y se encontraban allí la noche del cateo.

Honorables miembros de la Corte IDH, todos los hechos antes indicados no fueron fortuitos, estaban interconectados por lo que resulta lógico pensar que Patricia Emilie Cuéllar Sandoval fue víctima por:

a. Haber participado en los grupos juveniles cristianos y las CEB de la iglesia popular; considerados subversivos y objetivos a eliminar por los escuadrones de la muerte y las fuerzas militares;

b. Haber formado parte de un grupo de música folclórica, que cantaba canciones de protesta; muchos artistas y canta-autores fueron asesinados simplemente por cantar y denunciar los atropellos de los derechos humanos;

c. Haber estudiado sociología en la UCA y además haber sido compañera de estudios del Padre Ernesto Barrera Moto; haber participado en la asociación de estudiantes universitarios; (el Padre Barrera Moto fue asesinado junto a otras personas en un operativo militar el 28.11.1977);

d. Haber sido muy amiga de los padres jesuitas, perseguidos, atacados, difamados, a quienes les destruyeron varias de sus edificios universitarios y asesinaron a seis sacerdotes y dos trabajadoras;

e. Haber compartido apartamento con María Magdalena Henríquez, amiga y compañera en las CEB y organizaciones juveniles cristianas apoyadas por los padres Agustinos Recoletos de la Iglesia San José de San Salvador. Magdalena Henríquez fue encargada de información de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador, (CDHE) y asesinada el 03.10.1980. La iglesia de San José había sido incendiada el 08.12.75;

f. Haber trabajado en la oficina de defensa de los derechos humanos del Socorro Jurídico Cristiano, (con su primo Roberto Cuéllar, quien era el director. Roberto Cuéllar tuvo que abandonar el país porque fue amenazado a muerte por el Ejército Secreto Anti-comunista, ESA); y, las oficinas del SJC, fueron cateadas por los cuerpos de seguridad y la información del personal confiscada;

g. Haber conocido de forma muy cercana a Monseñor Arnulfo Romero, asesinado en marzo de 1980 por los escuadrones de la muerte;

h. Ser muy amiga del Padre Plácido Erdozain, Agustino Recoleto, (presentador del programa semanal de televisión “El Minuto de Dios”) amenazado por los escuadrones de la muerte;

i. Haber colaborado con las organizaciones de ayuda humanitaria para los desplazados, en particular haber trabajado con el Padre Octavio Cruz, director entonces del Secretariado Social del Arzobispado de San Salvador;

Hace algún tiempo identificamos que el oficial que condujo el operativo de búsqueda de mi esposa, en ese momento Patricia Emilie Cuéllar Sandoval, el día 18 de marzo de 1981, se llama Jorge Eduardo Morán Recinos. También descubrimos que el señor Jorge Eduardo Morán Recinos ahora, coronel retirado, fue precandidato a diputado suplente en las elecciones pasadas por el partido ARENA, que fue jefe de seguridad de la Asamblea Legislativa y en la actualidad es candidato, nuevamente por ARENA, en las próximas elecciones para el Parlamento Centroamericano. A través de un documento del Ministerio de la Defensa Nacional de El Salvador, nos enteramos que entre enero y abril de 1982, el señor Jorge Eduardo Morán Recinos tenía el grado de capitán y era Jefe de la S-2 de la Policía de Hacienda, es decir Jefe de inteligencia militar. Ver:

Fuente: Ministerio de la Defensa Nacional. Unidad de Acceso a la Información Pública. Fecha 26.06.2018. p. 4. No. B3.1-015-50/30MAY018. Fechas 26 de junio de 2018. p. 4

Se puede suponer que el capitán Jorge Eduardo Morán Recinos siendo uno de los Jefes de Inteligencia de la Policía de Hacienda en ese tiempo:

1. Conocía la trayectoria de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval;

2. Conocía en 1981 dónde vivíamos Patricia Emilie Cuéllar Sandoval, nuestros hijos y yo;

3. Coordinó el operativo de cateo y búsqueda de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval en nuestra casa de la 5ta. Avenida Norte, Pasaje Venecia No. 123, de San Salvador, el día 18 de marzo de 1981;

4. Conocía la dirección del domicilio del Lic. Mauricio Cuéllar Cuéllar, padre de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval, gracias a que un año antes (18.03.1981) llevó a mi padrastro a señalar el lugar;

5. Conocía, por la misma razón anterior, la dirección del domicilio de doña Consuelo Cuéllar Cuéllar, tía de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval; de donde es posible que la interceptaran, capturaran y despojaran de su vehículo VW camper van que nunca se encontró;

6. Que seguramente conocía y/o estuvo involucrado antes, durante y después con la elaboración de los planes y la captura misma de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval el día 28 de julio de 1982;

7. Que seguramente conocía y/o participó en la captura (el día 28 de julio de 1982) del Lic. Mauricio Cuéllar Cuéllar y de Julia Orbelina Pérez; la obtención de varios objetos y la apropiación del vehículo de Don Mauricio;

8. Que seguramente conocía y/o coordinó los operativos de registro del apartamento donde vivían Patricia Emilie Cuéllar Sandoval y nuestros hijos, horas después de la captura de ella el día 28 de julio de 1982; y, se apropiaron también de varios objetos;

9. Que el día 18 de marzo de 1981 tuvo bajo su responsabilidad a un joven capturado y torturado que mi padrastro, Carlos Américo Alvanez vio dentro del Pick Up en el que lo condujeron a señalar la casa de Don Mauricio Cuéllar Cuéllar y de doña Consuelo Cuéllar Cuéllar; y,

10. Que seguramente conoce o recuerda el lugar dónde sepultaron o dispusieron de los cuerpos de Patricia Emilie Cuéllar Sandoval, Lic. Mauricio Cuéllar Cuéllar y de Julia Orbelina Pérez.

Estas son por lo menos diez interrogantes que respetuosamente solicito a la honorable Corte IDH trasladar a la Fiscalía General de la República para que el capitán retirado, señor Jorge Eduardo Morán Recinos, responda con honestidad y se pueda llegar a conocer la verdad. La responsabilidad en este caso como en miles de casos más no es exclusiva del Estado de El Salvador. Sabemos que las diferentes administraciones de gobierno de los Estados Unidos de Norte América entrenaron, asesoraron, financiaron y respaldaron política y diplomáticamente a los gobiernos y a la Fuerzas Armadas de El Salvador desde finales de la Segunda Guerra Mundial. Entre 1981 y 1992 los Estados Unidos otorgó un total de mil millones de dólares estadounidenses en ayuda militar, a parte de la asistencia económica. Es justo reconocer que existieron y siguen existiendo en los Estados Unidos, grupos de civiles y dirigentes políticos comprometidos con los derechos humanos que jugaron un papel muy importante durante la guerra en el país.

Miles de documentos desclasificados de la CIA y otras agencias revelan o confirman muchas cosas que ya se sabían. Hemos tratado de obtener a través del National Security Archive y otras instancias, las versiones originales de los documentos desclasificados, pero no ha sido posible. Por lo que seguimos sin conocer los resultados de las investigaciones que llevó a cabo el FBI y la CIA en relación al caso, pese a que han transcurrido 41 años desde entonces.

Por esta razón, solicito de la misma forma a la honorable Corte IDH, contactar a las instancias pertinentes del gobierno de Estados Unidos a fin de solicitar la liberación de esa información en virtud de que Patricia Emilie Cuéllar Sandoval fue ciudadana estadounidense y es lo mínimo que pueden hacer para contribuir al conocimiento de la verdad. No es suficiente que su nombre haya sido incluido en una placa conmemorativa (“In Memory of Those Americans Who Lost Their Lives in El Salvador”) de la Embajada de Estados Unidos en El Salvador. Pedimos verdad y justicia.

II. Impacto de la desaparición Patricia Emilie Cuéllar Sandoval, Don Mauricio Cuéllar Cuéllar y Julia Orbelina.

A 41 años de estos fatales y lamentables acontecimientos, que estremecieron y cambiaron el curso de nuestras vidas, aún sigo sintiendo no solo el vacío que nos dejaron sino más fuerte aún el dolor que esto ha causado y continúa causando a nuestro hijo e hijas. Es probable que esta audiencia represente un cierre simbólico en el ciclo de vida de nuestras víctimas; pero aun así, el porvenir, para mí, seguirá siendo gris y triste.

III. Reparación de los daños causados por el Estado.

Me apego totalmente a la reparación de daños integrales planteada por nuestro representante Benjamín Cuéllar a quien agradezco enormemente su incansable lucha contra la impunidad del Estado de El Salvador y buscar hacer prevalecer la verdad, la razón y la justicia. El Salvador necesita muchas personas como él.

Francisco Alfredo Álvarez Solís
Oxford, Reino Unido, 17 de noviembre de 2023.

Nota del editor: Jorge Eduardo Morán Recinos compitió en las elecciones generales de 2024 por un escaño en el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), pero no obtuvo los votos necesarios para ser electo.

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