Por Alexia Rugamas, periodista VOCES
Los jesuitas mexicanos, Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, fueron asesinados el 20 de junio por un grupo de personas armadas que ingresaron al templo de la comunidad de Cerocahui, en el estado de Chihuahua, México.
Además de los jesuitas, se reportó que otra persona fue asesinada en el mismo acto. Se desconoce el motivo de sus asesinatos.
Según la Compañía de Jesús en México, los cuerpos fueron sustraídos del templo por sujetos armados. Hasta el momento, se desconoce el paradero de los cuerpos.
“Con profundo dolor”, por medio de un comunicado, los religiosos exigieron justicia para este caso y la recuperación de los cuerpos de ambos padres. Así mismo, “la toma de medidas de protección para los jesuitas, religiosas, laicos y de toda la comunidad de Cerocahui” ante lo ocurrido.
“Hechos como estos no son aislados. La sierra tarahumara, como muchas otras regiones del país, enfrenta condiciones de violencia y olvido que no han sido revertidas. Todos los días hombres y mujeres son privados arbitrariamente de la vida, como hoy fueron asesinados nuestros hermanos”, agregó.
Ante estos hechos, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, manifestó en su conferencia matutina que “ya estamos atendiendo este asunto, sabemos que Urique es una zona con presencia de la delincuencia organizada pero ya estamos trabajando en eso”.
La Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, la Conferencia del Episcopado Mexicano, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados en México (ACNUR México) y la Comunidad Educativa Marista condenaron lo sucedido y demandaron a las autoridades que se lleve a cabo una investigación para esclarecer los hechos y que no quede en impunidad.
