Una comunidad denominada «El burillo» aseguran que están viviendo una crisis de hambruna desde que comenzó la pandemia.
Para los habitantes de la comunidad, aseguran que ni el Estado ni la situación ha contribuído para que puedan salir adelante en su precaria posición económica.
«Vivimos hambre y el covid-19 nos tiene sin ingresos”
Los habitantes de la comunidad viven a través de la fabricación de hamacas pero, con la situación de confinamiento, se les ha terminado la materia prima, la posibilidad de movilizarse con tranquilidad y, por supuesto, la disminución de clientes.
Piden a las autoridades que su mirada se fije en ellos ya que, como lo mencionan, los niños son los más afectados dentro de esta situación.