Unos 37 millones de niños y adolescentes regresaron a clases en México y tuvieron la potestad de elegir si lo querían hacer de forma presencial o digital.
La Secretaría de Educación Pública estableció las condiciones sanitarias para la reanudación del servicio público y particular educativo de forma presencial, responsable y ordenada.
No obstante, la Red por los Derechos de la Infancia en México y la organización civil El poder del consumidor llaman a que sea un regreso no sólo íntegramente salubre, si no también saludable para los estudiantes.
El acuerdo oficial para el regreso a clases considera la implementación de una valoración diagnóstica para conocer el avance del aprendizaje y establecer un periodo extraordinario de recuperación, así como facilitar y flexibilizar el ingreso, permanencia, tránsito y egreso en los diversos tipos y niveles educativos, para atender y prevenir el abandono escolar.
Organismos internacionales como la Unicef han aplaudido el intento del gobierno mexicano por normalizar las condiciones de estudio de los mexicanos, en tanto que también apoyará en la implementación de protocolos para un regreso seguro.