“La extracción minera es muerte para el pueblo salvadoreño, entendiendo que todas las cuencas hidrológicas de este país van a dar a un solo río que es el rio más importante: el Llempa. En un país tan pequeño de 22 km2 y una población densa, creemos que este proyecto de minería nos llevará a la muerte, no solo del ser humano, también a la muerte de todas las aves, animales, pero también de la misma naturaleza. Nos unimos a decir no a la minería”, aseveró David Alvarado, obispo de la Iglesia Episcopal Anglicana de El Salvador.
Iglesias históricas y organizaciones sociales y ambientalistas de El Salvador reiteraron esta mañana su descontento y preocupación ante la reactivación de la minería mentálica en El Salvador a través de la Ley General de la Minería Metálica aprobada por la Asamblea Legislativa el pasado 23 de diciembre de 2024 y sancionada por el presidente inconstitucional Nayib Armando Bukele.
De acuerdo con las organizaciones, la aprobación de dicha ley, que derogó la prohibición de dicha actividad vigente desde el 2017, fue inconsulta con sectores de sociedad civil como las mismas organizaciones, la iglesia y universidades.
Durante una conferencia de prensa desde Casa Presidencial este 14 de enero, el mandatario se refirió a la reactivación de la minería en El Salvador. En sus declaraciones aseguró que la minería no ha contaminado los ríos en el país, sino que este problema ha sido el resultado de otros factores.
En este contexto, diversas organizaciones han señalado reiteradamente que no existe un estudio técnico que valide la derogación de la prohibición y reactivación de la minería metálica, así como las minas abandonadas pendientes de cierres técnicos por parte del Estado salvadoreño.
“Consideramos que las autoridades competentes todavía tienen en sus manos la posibilidad de evitar una catástrofe nacional de grandes proporciones y de consecuencias ambiental sociales y económicas irreversibles”, señalaron en un comunicado.
Con edición de Diego Hernández
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