La desigualdad y la falta de democracia fueron las principales denuncias del pueblo panameño en el año 2021, lo que demuestra el deterioro en la calidad de vida.
A pesar de las protestas encabezadas por agrupaciones juveniles desde el mes de febrero de 2021 para el cierre del año, la investigación sobre el caso de los menores violentados dentro de albergues regulados por el Estado, mantiene indignados a muchos panameños, que sitúan ahí un ejemplo de la profundización en el deterioro del aparato judicial, replicado en otros escándalos de alto perfil.
Este desgaste institucional y las denuncias de intereses particulares también fueron motivo de otras manifestaciones a lo largo del año, tras reclamos de grupos ambientalistas, trabajadores y dirigentes comunitarios que declaran no tener mayor incidencia en las decisiones que los involucran como ciudadanos.
La proyección de crecimiento para Panamá se ubica en 8.2% hacia el entrante año 2022, de acuerdo a un estudio reciente desde la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) sin embargo, las tasas de desempleo e informalidad, de la mano del aumento de precios y la consecuente pérdida en el poder adquisitivo de las personas, esbozan otra realidad para los sectores populares; mientras las autoridades se plantean la obligatoriedad de la vacunación ante el repunte de la variante ómicron de la COVID-19, que amenaza con obstaculizar el avance de la economía local.