El acto oficial de su lanzamiento se realizó en São Paulo con la asistencia de más de 4.000 miembros del Partido de los Trabajadores (PT), quienes lo aclamaban: “Presidente, presidente”.
El pasado sábado 7 de mayo, el exmandatario de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó su candidatura oficial en fórmula con el exgobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, para las elecciones presidenciales de octubre próximo en las que se enfrentará al actual mandatario Jair Bolsonaro.
“Queremos volver para que nadie nunca más ose desafiar nuestra democracia y para que el fascismo vuelva a las cañerías de la historia de las que nunca debería haber salido”, exclamó Lula.
En el municipio brasileño de Caetés, este líder indiscutible del movimiento obrero metalúrgico nació el 27 de octubre de 1945. Durante su infancia adquirió oficios varios y participó activamente en movimientos sindicales principalmente motivado por un ataque perpetrado por militares a su hermano mayor, Frei Chico.
El 10 de febrero de 1980 se fundó el Partido de los Trabajadores (PT) con apoyo de algunos políticos e izquierdistas, donde Lula también fue miembro fundador.
Al ser electo diputado e ingresando a la Asamblea en 1986 fue parte de las acciones de restablecimiento de la votación libre y directa del presidente de la república, lo que disolvió el régimen militar que administró el país previamente.
La candidatura que lanzó Lula este sábado se convierte en la sexta vez que el nombre del antiguo dirigente sindical disputará las elecciones presidenciales brasileñas. Lo intentó en 1989, 1994 y 1998, y venció las de 2002 y 2006.
Bajo su administración 2002-2010, la economía obtuvo una notable expansión. Decenas de millones de brasileños ascendieron a la clase media y se descubrieron grandes reservas de petróleo que alentaron el sueño de desarrollo de este gigante suramericano.
Su gobierno se caracterizó por resultados económicos positivos como la baja inflación, y alta tasa de crecimiento del PIB, así como por la reducción del desempleo, también alcanzó nuevos niveles de escolarización en muchos ámbitos, entre otras medidas y políticas que destacó su gobierno.
En 2009 Lula fue nombrado «personaje del año» por el periódico francés Le Monde y el español El País, y «protagonista de la década» por el británico Financial Times.
Pese a su trayectoria destacada durante 2018, año en el que ganó Bolsonaro, también buscó la Presidencia, pero la Justicia Electoral se lo impidió al estar lidiando con una acusación de corrupción.
Sin embargo, Lula recuperó sus derechos políticos en marzo de 2021, cuando la Corte Suprema anuló las dos sentencias que pesaban en su contra. Además, la Organización de Naciones Unidas (ONU), aseveró durante el proceso del juicio, que la “investigación y el enjuiciamiento del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva violaron su derecho a ser juzgado por un tribunal imparcial, su derecho a la privacidad y sus derechos políticos”.
Por otra parte, durante su relanzamiento oficial, Lula reiteró: “Precisamos nuevamente cambiar a Brasil (…) En vez de promesas, presento el inmenso legado de nuestros gobiernos anteriores. Hicimos mucho, pero soy consciente de que todavía es necesario y posible hacer mucho más».
Aseguró que de llegar nuevamente al poder trabajará por una “reconstrucción y transformación de Brasil”.
La más reciente encuesta del Instituto de Investigaciones Sociales, Políticas y Económicas (IPESPE, sigla en portugués) mostró a Lula con un 44% de aprobación. Bolsonaro tenía el 31% y un puñado de otros candidatos clasificados alcanzaron un solo dígito en la encuesta realizada en el pasado mes de abril.