La UNES, FESPAD y MESUTSO acuerpan a los pueblos indígenas que están defendiendo territorios que consideran sagrados a lo largo del afluente del río, el cual es amenazado con el proyecto de instalación de una octava presa hidrieléctrica.
“Nosotros corremos mucho peligro”, afirmó a la prensa el tata Francisco Pulque, del Comité Indígena para la Defensa de los Bienes Comunes de Nahuizalco, frente a la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, lugar donde solicitaron al procurador Apolonio Tobar “medidas de protección permanente” para las personas defensoras del río Sensunapán, en Sonsonate.
El tata hizo público que, aunque esta lucha lleva ya 18 años, recientemente ha tenido “ciertas noticias de amenazas” contra su integridad.
“Han sido blanco de ataques de gente del terrotorio, pero también han sido blanco de ataques desde la empresa que quiere instalar esta octava represa”, confirmó Amalia López, técnica territorial de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES).
La idea del escrito presentado al procurador Tobar es que “el Estado de El Salvador, por medio de la PDDH, sepa la condición en que han estado trabajando hasta el dia de hoy en un ambiente hostil, de continuo peligro, de amenazas por la defensa de sus derechos ambientales”, expresó por su parte Ariela González, abogada de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD).
El río Sensunapán cuenta con medidas de protección dictadas por la Cámara Ambiental de Segunda Instancia de Santa Tecla ante el proyecto de instalación de una octava presa hidroeléctrica, que las comunidades consideran noscivo para el río y los territorios aledaños.
Desde la cosmovisión de los pueblos indígenas, el abuelo río representa la vida y la conexión con sus ancestros, la preservación de los sitios sagrados y de la memoria colectiva. Por eso, resisten ante las empresas hidroeléctricas causantes de destrucción.
La instalación de la represa implicaría la extinción de cuatro kilómetros de río y con ello el daño irreversible a al menos 14 lugares sagrados, ceremoniales y de memoria.
Las personas defensoras del río Sensunapán pertecen a los cantones Pushtan y Sisimitepet del municipio de Nahuizalco, departamento de Sonsonate, y son comunidades nahuas de Los Izalcos.
“Los pueblos indígenas de El Salvador hemos sido golpeados, invisibilizados y nuestros derechos vulnerados históricamente, pero seguimos en pie de lucha como descendientes de las antiguas civilizaciones que constituyen la primera raíz civilizatoria. No somos población resignada a extinguirse”, expresaron las comunidades.