En la calurosa noche del miércoles 22 de febrero, jóvenes cineastas del colectivo “Luciérnagas en Red” presentaron su primer cortometraje llamado “Memorias desde el encierro”, la historia de Susana Rodríguez, presa política durante el pasado conflicto armado por defender sus derechos civiles y políticos.
“Fui capturada por la Guardia Nacional; interrogada, torturada, física y psicológicamente en la famosa S-2, durante 3 días. Luego fui remitida a los juzgados y a cárcel de mujeres… Estoy compartiendo lo que viví como obrera de maquila y después como presa política”, dijo Rodríguez, actual integrante del Comité de Ex Presos y Presas Políticas de El Salvador (COPPES) en una entrevista con VOCES después de la proyección del video.

El cortometraje relata la historia de Rodríguez, contada en su propia voz y utilizando archivos históricos para dar realce a los sucesos. En una de las escenas se utilizó un recorte de un periódico de gran circulación nacional donde se identificó la razón de su captura: el régimen de ese tiempo la acusó de “complicidad en actos terroristas”.
“Nosotros estábamos ejerciendo el derecho constitucional de la organización y después el respeto a nuestros derechos laborales. (Queremos) conocer por qué nos capturaron por estar cuidando nuestra fuente de trabajo”, afirmó Rodríguez sobre la razón de su captura y lo que le exige al Estado salvadoreño por haber violado sus derechos humanos, civiles y políticos.
El derecho humano internacional cataloga a la tortura como un crimen de lesa humanidad, especialmente por los efectos macabros que la práctica tiene en la persona humana.
“Deja secuelas para toda la vida. En mi caso yo no podía dormir cada vez que se acercaba el aniversario de mi captura. No entendía por qué… Todos hemos estado con los efectos del estrés postraumático. Después supe que así se llamaba. No podía dormir, tenía sueños recurrentes, no podía hablar de mi caso porque me quebraba. Poco a poco he ido superando eso. No ha sido sola, sino con apoyo psicológico”, dijo.
Es precisamente este apoyo psicológico el que las víctimas de crímenes de lesa humanidad durante el conflicto armado han requerido desde que les tocó vivir lo que les marcó para toda su vida. Sin embargo, hasta el momento, no existe ninguna ley que obligue al Estado a brindar ayuda psicológica a estas personas. Desde 2016, la Asamblea Legislativa tiene la orden de emitir una Ley de Justicia Transicional, pero 7 años después no han legislado a favor de las víctimas.
“Que se haga justicia antes que nos muramos. Varios compañeros y compañeras están falleciendo sin conocer porqué los capturaron y quiénes fueron”, lamentó Rodríguez. A la larga fila de víctimas que murieron sin ser liberadas por la verdad y la justicia se le sumó a principios de febrero la presidenta histórica de COMADRES, Madre Vicky.
Para desarrollar la narrativa, Susana fue entrevistada por Alondra Chávez, estudiante de artes dramáticas, y parte del equipo productor, que le hizo varias preguntas sobre su pasado. “Hay una deuda histórica con respecto a todas estas situaciones. Estas personas merecen justicia, reconocimiento, la promesa de que esto no va a volver a suceder”, dijo Chávez sobre la importancia de contar este tipo de sucesos.
El cortometraje tiene una duración de 24 minutos: cuenta con tomas y planos ejecutados con gran calidad estética por el equipo, sonido perfecto y uso de técnicas narrativas excepcionales para contar la historia.
Este se publicará próximamente en línea para que se pueda ver por un público nacional e internacional.
El equipo que realizó el cortometraje se compuso por cinco jóvenes apasionados por contar historias en un formato audiovisual y por la memoria histórica, cuyos nombres son: Berenice Alvarado, Katya Romero, Tete Pacas, Alondra Chávez, David Ramírez y Camilo Henríquez como coordinador de producción. David Ramírez es parte del equipo periodístico de VOCES, medio especializado en derechos humanos y justicia transicional.