La más histórica y representativa gremial de periodistas en El Salvador eligió a sus representantes el sábado 23 de julio, un proceso calificado como transparente y democrático, el cual contó con observación de organizaciones sociales y la PDDH.
Por Carlos Portillo.
La Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) eligió a sus representaciones en las estructuras de dirección: del total de nueve miembros electos, siete han sido mujeres, lo que también representa “un paso” adelante en el camino de reducir las “brechas históricas de género”.
“Consideramos que todas y todos tenemos un rol importante dentro de la junta. Sin embargo, también consideramos que es importante que como mujeres estemos en los espacios, alcemos la voz y seamos participes de las decisiones”, expresó en entrevista con VOCES Elizabeth Estrada, quién fue electa como vocal de la junta directiva 2022-2024.
“Esto nos lleva un paso a la reducción de esas brechas históricas de género que tenemos, las cuales siempre han sido en detrimento de nosotras las mujeres”, expresó la comunicadora.
Según informó la APES, el proceso dio como resultado la elección de Angélica Cárcamo como presidenta. De esta forma, Cárcamo vuelve a la dirección de la gremial luego de haber estado al frente en la gestión 2020-2021.
En este nuevo periodo acompañarán a Cárcamo en la junta directiva: como síndica Mónica Rodríguez (actual secretaria de correspondencia); como tesorera Aracely Alaizola; como secretario de actas Jimmy Alvarado; y como vocales Elizabeth Estada y Sergio Arauz.
La comisión de ética quedó integrada por Karen Moreno, Hugo González y Nancy Orellana. La nueva relatora de libertad de expresión será Susana Peñate, quien se ha desempeñado como síndica en la junta directiva 2021-2022.
El proceso de elecciones contó con observadores de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH), las organizaciones sociales FESPAD, Cristosal, DPLF, TRACODA, así como el Instituto de Derechos Humanos de la UCA.
“La nueva representación desempeñará sus funciones a partir del 22 de agosto de 2022 hasta el 31 de julio de 2024”, informó la APES en su sitio web, una diferencia respecto a los periodos anteriores en el que las funciones eran para un año.
Estrada también se refirió al “contexto adverso contra la prensa” que se vive actualmente en el país. “Sabemos que las agresiones han ido en escalada. Sabemos que las agresiones vienen desde un tuit que difama a una persona, hasta policías agrediendo a periodistas, censurando o queriendo limitar qué es lo que cubre o no un periodista”.
“Si a un periodista no le dejan investigar temas de interés público, no solo están vulnerando el derecho a la libertad de prensa, sino también el derecho al acceso a la información que tenemos todos y todas de conocer cómo se administra, por ejemplo, nuestros impuestos”, reflexionó Estrada respecto a la situación actual que vive el periodismo independiente en El Salvador.
En el mismo sentido, Susana Peñate, también en declaraciones a VOCES, afirmó que “es importante reflejar que el periodismo como tal es un pilar fundamental de una democracia sana, y en este contexto vemos que las restricciones al ejercicio periodístico, tambien implican una restricción al derecho ciudadano a ser informado”
Explicó que la APES ha mantenido una linea bien definida y coherencia en el trabajo en los últimos años a través de un plan estratégico institucional, un plan operativo anual y objetivos basados “en una visión” para el mediano plazo.
Una de las apuestas importantes de la gremial de periodistas es asegurar más la socialización de su política institucional de género, así como la próxima puesta en marcha de una clínica de auxilio jurídico para periodistas.
“Trabajando con la sensibilizacion de genero, vamos avanzando, poco a poco, así como va avanzando la sociedad en sus pasos también nosotros vamos avanzando, esperamos no retroceser en este aspecto”, puntualizó.
El Salvador reconoce por decreto legislativo el 31 de julio de cada año como Día del Periodista, fecha a la que se arriba en medio de una situación apremiante para la prensa independiente, la cual ejerce su trabajo en un clima hostil promovido por funcionarios, cuentas anónimas en redes sociales y ciudadanos fanátizados con el discurso de odio contra la prensa que cuestiona el poder.