El Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular (BRRP) resaltó un “deterioro” de la institucionalidad del Estado salvadoreño a cuatro años desde que Nayib Bukele asumió la presidencia en 2019.
“Desde la entrada de este gobierno hemos sufrido una serie de deterioros a toda la institucionalidad del Estado salvadoreño”, señaló Marisela Ramírez, integrante del Bloque.
Ejemplo de este deterioro, junto al carácter “autoritario y corrupto” de este gobierno, remarcó el intento de autogolpe de Estado en febrero de 2020 cuando el presidente Nayib Bukele irrumpió en la Asamblea Legislativa y con él, soldados de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES) y agentes de la Policía Nacional Civil (PNC).
Asimismo, recordó la destitución de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (los cinco magistrados) y la del fiscal general en 2021. Este acto fue calificado como “lamentable” debido a que se profundizaba una alarmante tendencia hacia la concentración de poderes y como resultado el “socavar gravemente el estado de derecho”, según señaló ese mismo año la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet.
En correlación a lo anterior, destacaron que el deterioro de la institucionalidad ha continuado con la vigencia de más de un año del régimen de excepción mediante el que 68, 579 personas han sido capturadas por supuestamente pertenecer a grupo criminales, según datos de hasta el 12 de mayo del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública.
De estos, cerca de 5 mil han sido liberados tras haberse demostrado su inocencia, afirmó recientemente el ministro de Seguridad Gustavo Villatoro.
Por otra parte, las muertes reportadas dentro de los centros penales durante el régimen excepción suman más de un centenar, según balances de casos que organizaciones defensoras de derechos humanos como Cristosal y otras que llevan desde el inicio de esta medida.
En cuanto a la calidad de vida de los y las salvadoreños, el Bloque aseveró que el deterioro se refleja en la agudización de la pobreza, en el alto costo de la canasta básica, en la falta de fuentes de empleos, e, incluso, en el incremento de la deuda pública del Estado salvadoreño.
El Salvador se encuentra a las puertas de la celebración de las elecciones presidenciales en 2024, año en el cual culminará la administración de Nayib Bukele. Sin embargo, este mismo ya anunció su intención de postularse para competir de nuevo por la presidencia, a pesar de que la Constitución de la República lo prohíbe.
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