“Mi hijo, un estudiante universitario lleno de metas y sueños”, así recuerda Eneida Abarca a Carlos Ernesto Santos Abarca, su hijo desaparecido hace 18 meses. Desde entonces, Eneida y su familia han recorrido por las calles de diversos municipios, corriendo peligros, incluso, pero todo con el fin de poder reencontrarse con la calidez de su ser querido.

El 1º de enero de 2022, Carlos se levantó con los ánimos de siempre (era su rutina diaria) de salir a correr. Sin embargo, por las festividades previas a esos días (y las últimas que vivieron juntos esta familia) las calles se encontraban solas.
Tanto Eneida, como el padre de Carlos, le recomendaron no salir. Los padres, seguros de que él permanecería dentro de la casa se fueron descansar. Cuando se levantaron, él ya no estaba.
Carlos Ernesto Santos Abarca es el joven que encabeza la lista desaparecidos del 2022. Muchos de estos casos se encuentran representados en el Bloque de Búsqueda de Personas Desaparecidas, un grupo de madres, familiares y amigos que unieron sus fuerzas y esfuerzos ante la falta de respuestas desde las instituciones competentes a las investigaciones.
La Asociación Salvadoreña para los Derechos Humanos (ASDEHU) también les acompaña.
Desde la desaparición de Carlos, la vida de Eneida giró 180º grados. Las rutinas diarias en que veía a su hijo alistarse para salir a correr o hacer ejercicios alrededor de las 5:30 de la mañana, y luego regresar para ir a estudiar a la universidad. Esos momentos cálidos en la vida cotidiana como los desayunos, almuerzos, cenas y otros… Todo eso cambió por una rutina agitada e intercalada entre el trabajo y la búsqueda con incertidumbres y rodeada de sentimientos: amor y miedo.
“El amor vence al miedo, ya que el gran amor eficaz que tengo por mi hijo ha vencido el miedo y no he parado de buscarlo. Tenemos que vencer ese miedo con el amor, no hay otro poder para poder iniciar una búsqueda y darnos cuenta de esta triste y dura realidad cuando uno busca las instituciones”, expresó Eneida Abarca en una entrevista con VOCES.

Hasta la fecha, Eneida, con familia, amigos y organizaciones, han visitado un total de 30 municipios. Su camino de búsqueda inició en delegaciones de Montserrat, la Málaga, San Jacinto, San Marcos, Olocuilta, Zacatecoluca, otras.
Las jornadas de búsqueda han implicado la pega masiva de afiches, entrevistas a personas, largas caminatas, horas bajo el sol y en ocasiones la lluvia.
Desde el inicio Eneida señaló que las instituciones han actuado con “negligencia”, ya que desde que se reportó la desaparición de Carlos ellos minimizaron el hecho de su desaparición sin haber iniciado una investigación adecuada.
Solo en 2022 visitó en “más de 100 veces Medicina Legal” para revisar las carpetas fotográficas de los cuerpos que no han sido identificados; carpetas físicas, análogas, donde miles de fotos de cadáveres son encarpetados en un álbum fotográfico macabro.
Previo a la aprobación del régimen de excepción, vistió la comunidad Tutunichapa, una zona que estaba calificada como “zona roja” por el peligro de los grupos de delincuencia, para buscar más indicios del paradero de hijo.
Afirmó que también han recurrido a rastrear grupos de adicción que se encuentran en las calles. “Hemos estado rastreando en grupo de adicción y andar ahí es impactante por ver las condiciones en que esas personas se encuentran. Es muy duro atravesar eso, porque es un olor a droga, vómitos, una suciedad completa. Soportar eso de andar en la calle, aguantando la suciedad”, expresó Eneida.
Los hospitales, delegaciones policiales, y otros lugares públicos, también han sido parte de la búsqueda propia de Eneida Abarca.
“Lo estamos esperando, su habitación sigue intacta. Todos estamos sufriendo muchísimo por tu ausencia, pero estamos con los brazos abiertos de acompañar y recibirte para que sigas tu proceso y logres tus metas y sueños”, expresó la madre como un mensaje a Carlos y como una promesa que ha jurado cumplir hasta encontrarle.
Con edición de Diego Hernández