“Salí de la Guatemala la madrugada del 15 de octubre de 2023 pensando que regresaría en quince días. Luego, quizás en dos meses y aquí estoy nueve meses después mudándome por quinta vez”, expresó Lucía Escobar, una periodista guatemalteca que se vio obligada a salir de su país como única alternativa para resguardar su integridad.
Esta realidad que ahora vive Escobar y otros impactos del exilio forzado fue lo que expusieron más una decena de organizaciones en una audiencia regional ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entre ellas la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES).
Detallaron estas situaciones principalmente las derivadas de El Salvador, Honduras, Guatemala, Nicaragua y Cuba; países que se han visto caracterizados por el ascenso de gobiernos autoritarios y dictatoriales con prácticas o patrones que afectan la libertad de prensa y de expresión.
Algunas de las prácticas en común observadas en estos países y por las cuales las personas periodistas se han visto obligadas a dejar sus países de origen, son las detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas de corto tiempo y tratos denigrantes contra cualquier voz crítica o independiente.
También se incluyen otras como el despliegue de campañas sistemáticas de agresión digital en redes sociales, la estigmatización en discursos públicos, el hostigamiento judicial, las amenazas directas y la violencia basada en género.
De acuerdo con la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), solo entre 2022 y 2023 se reportaron un total de cinco casos de periodistas (cuatro mujeres y un hombre) exiliados del país debido a amenazas y situaciones de riesgo derivados de su labor. Entre 2022 y 2024 también reportaron al menos una veintena de casos de periodistas que salieron del país temporalmente con la finalidad de resguardar su integridad tras publicaciones periodísticas.
Para el caso de Guatemala, detallaron en los últimos años al menos veinte casos; en Honduras, en el período de tiempo bajo la administración de la presidenta Xiomara Castro, cuatro periodistas se encuentran en el exilio, otros cuatro están en proceso, y muchos más han expresado su interés por salir del territorio. La cantidad más alarmante, según expusieron al organismo interamericano, fue la de Nicaragua, pues entre abril de 2018 y junio de 2023, al menos 263 periodistas salieron del país. Cuba registró, hasta 2021, 44 casos: 28 hombres, 15 mujeres y una persona identificada con otro género.
El exilio, aseveraron las organizaciones, afecta a las personas periodistas en todos los ámbitos de la vida, derivan también en procesos traumáticos y costosos, las exponen a políticas discriminatorios por razón de su nacionalidad y las fuentes laborales o ingresos salariales se vuelven aún más difíciles de acceder por la dificultad de trámites migratorios. Incluso, señalaron que han registrado casos en los que la persecución hacia los periodistas, motivo por el que salen del país, ha trascendido hasta los familiares de estos, a través de acoso policía, hostigamiento y otras situaciones.
Ante estos escenarios, solicitaron a la CIDH llamar a los Estados de la región a establecer mecanismos de protección integral y modalidades de apoyo efectivas para prevenir que personas periodistas en situación de riesgo opten por el exilio y otros mecanismos accesibles para proveer apoyo y asistencia a las que se encuentren en exilio, así como garantizar un retorno seguro a sus países de origen.
Con edición de Diego Hernández