Tirso Canales falleció el 28 de junio en San Salvador, sus textos –quizás poco conocidos por las actuales generaciones en los tiempos que las redes sociales gobiernan- se atesoran en los anales de la historia de un país golpeado por unos y por otros, pero ahora –casi- sin poetas comprometidos.
Por Carlos V. Portillo, director editorial de VOCES
A El Salvador le sobreviven Manlio Argueta, José Roberto Cea y Alfonso Quijada Urías de aquella mítica, legendaria e icónica Generación Comprometida, tras la muerte reciente de uno de sus miembros: Tirso Canales.
Su deceso ocurrió en su casa en San Salvador, según circuló por redes sociales y medios de prensa luego del tuit publicado por su antiguo compañero de generación Manlio Argueta, director de la Biblioteca Nacional Francisco Gavidia.
“Murió el poeta Tirso Canales de Generación Comprometida. Después de muchos años sin vernos, no olvido su última frase: ´67 años de mi vida por mis ideas, han sido echados al basurero de la historia´. Su emoción me hizo callar. Pero me sentí triste de pensar a lo que se refería”, escribió el autor de la novela Un día en la vida, sin dar más detalles de la decepción expresada en esa oportunidad por su antiguo compañero.
Tirso Canales nació en San Salvador el 26 de marzo de 1931 y en su vida escribió poesía, cuento, crítica y ensayo con énfasis en lo social que derivó siempre en lo político.
Vive a gusto perrado ciudadano
(pues tú perras)
La libertad la miden tus verdugos Te esqueletas
La forma tú la eliges No es mendiga tu lengua
Santísima miseria
A diario nos metemos en las piernas
La democracia como cazoncillos!
Adúltera ojerosa democracy kra-kra
Mueca rufiana de los parlamentos
Estrella nuevecita de hace siglos
En cuáles saliveros diputas eunuco?
Fragmento del poema de Tirso Canales Representative democracy.
Canales, exdirector de la Editorial Universitaria de la Universidad de El Salvador y exsecretario de Cultura de la misma casa de estudios, fue un connotado miembro de la Generación Comprometida, una estirpe de literatos que desde la década de 1950 reunió a salvadoreños y latinoamericanos que por exilio o por funciones diplomáticas escribían desde El Salvador. El nombre Generación Comprometida fue acuñado por Ítalo López Vallecillos.
Canales perteneció a la segunda etapa de esta generación, que arrancó con el surgimiento en 1956 del Círculo Literario Universitario, fundado en la Facultad de Derecho de la Universidad de El Salvador.
A su derredor se juntaron gigantes de la literatura salvadoreña: Roque Dalton, Roberto Armijo, José Roberto Cea, Manlio Argueta y Alfonso Quijada Urías, varios de ellos eran los responsables en las décadas de 1960 y 1970 de la revista Cultural La Pájara Pinta.
La Generación Comprometida fue importante para El Salvador porque influyó en toda la producción literaria posterior, como un movimiento de activismo y compromiso social desde la sensibilidad del arte.
La ciencia ficción y el teatro del absurdo de Álvaro Menéndez Leal, la renovación poética de Roque Dalton, el indigenismo y tono popular de José Roberto Cea, fueron parte de las extensas propuestas estéticas de este movimiento lírico y de compromiso por un país que –con poetas comprometidos o no- sigue sin encontrar su rumbo.