Esta semana se estrenó el cortometraje “Tiempos de Orquídea”, que a través del relato de Beatriz Hernández y Verónica Delgado, dos madres buscadoras, retratan la realidad de las personas que buscan a sus familiares desaparecidos a pesar de la limitada asistencia estatal en El Salvador.
Para Hernández y Delgado, ellas y las personas que integran el Bloque de Búsqueda de Personas Desaparecidas, una organización que nació en 2022 a raíz de las familias que buscan a sus parientes desaparecidos en El Salvador, se parecen a las orquídeas, ya que las flores presentan cambios en su físico a medida que crecen y se vuelven más fuertes. Así se describen ellas: cambiantes por su lucha constante de encontrar a sus familiares desaparecidos y fuertes porque no desisten.

“Somos fuertes como ellas y no me voy a marchitar hasta encontrar a mi hija Marcela”, afirmó Hernández. Su hija desapareció el 19 de abril de 2021. Desde entonces no ha habido rastro ni pista de dónde se encuentra Marcela Hernández.
El cortometraje, siguiendo esta misma idea de fuerza, comienza con la siguiente frase en pantalla: “La resiliencia ecológica es la capacidad natural de un ecosistema de reaccionar frente a disturbios y resistir a cambios bruscos, adaptándose rápidamente para recuperarse”.
Gabriela Novoa, directora del cortometraje, artista visual y cineasta salvadoreña, explicó a VOCES que eso mismo fue su intención. “Las orquídeas son un recurso poético que actualmente utilizo para hablar de la resiliencia de los cuerpos que sufren violencia. Así como las orquídeas se adaptan a los diferentes tipos de clima y aun así florecen, los cuerpos se adaptan a las violencias y crean afectos, construyen amistades, crean comunidad, así como Verónica y Beatriz”, dijo.
El hilo conductor de todo el cortometraje es una conversación que Novoa sostuvo con Beatriz y Verónica, en donde ellas le cuentan sobre su situación como madres buscadoras. “Beatriz cuenta cómo su hija Marcela desapareció el 19 de abril del 2021, y cómo en pleno 2025 no ha tenido respuesta de su caso. Sin embargo, con otras madres de personas desaparecidas conformaron el Bloque de Búsqueda para tejer redes con otras madres hasta encontrar a sus seres queridos”, mencionó Novoa.
La directora explicó que escogió las historias de Beatriz y Verónica debido a que, desde que las conoció, pudo ver que se habían hecho amigas y se apoyaban entre sí en las actividades del Bloque. También, permanecen pendientes de las otras madres que conforman el Bloque de Búsqueda.
“Es bueno tener a alguien que está pasando por lo mismo, porque comprende (el dolor)”, dijo Verónica Delgado en el cortometraje. Paola Arana, hija de Verónica, desapareció el 26 de mayo de 2022 en Ciudad Arce. Hasta el momento, no hay indicios de su paradero.
En el cortometraje se incluyen escenas grabadas en El Playón, La Libertad; un lugar repleto de piedras volcánicas esparcidas en la parte posterior del volcán de San Salvador luego de su última erupción en 1917.
Entre las piedras volcánicas se colocaron afiches de alertas de búsqueda emitidas por Alerta Raquel “una iniciativa de difusión de alertas tempranas de casos de niñas, adolescentes y mujeres desaparecidas de El Salvador de Asociación de Mujeres Ixchel”, según la descripción de su página de Facebook.

“A Beatriz le escuché decir que ‘buscaría hasta por debajo de las piedras’, y al estar entre tanta piedra volcánica no podía dejar de verla a ella y a las demás madres. Por eso como respuesta pusimos las fotos de todos y todas las desaparecidas saliendo de entre las piedras como un gesto de esperanza de encontrarles en algún futuro cercano”, afirmó Novoa.
Al final, el cortometraje muestra un círculo de velas de distintos colores encendidas que emiten una única llamarada resplandeciente. Para Novoa, esto representa un símbolo de sanación. “Representan un altar como el de nuestros ancestros indígenas. En este caso vemos el fuego como ente de sanación, como esa luz que guía y abre caminos. Nosotros hicimos ese altar para honrar a las madres y a su lucha”, mencionó.
La canción “Qach’alal”, de la artista de origen Maya Kaqchikel, guatemalteca, Sara Curruchich, suena y gana volumen conforme la llama arde. Esto en sí es significativo, pues Curruchich afirmó en una nota publicada en 2022 por Prensa Libre que la canción es sobre desapariciones forzadas.
A su vez, en pantalla se colocaron datos sobre las desapariciones en El Salvador, tanto en tiempos de posguerra y del conflicto armado. Durante este último se estima que desaparecieron más de 8 mil personas. Actualmente, las cifras de personas desaparecidas se encuentran bajo reserva desde febrero de 2022.
“Esperamos que este se convierta en un recurso que sirva para contar sus historias, para visibilizar sus casos y dignificar sus procesos de búsqueda, para honrar su exhaustiva labor de búsqueda y para que exista una pronta respuesta de sus casos hasta encontrar a sus seres queridos”, dijo Novoa sobre el cortometraje.
Así también explicaron Hernández y Delgado el motivo de la pieza audiovisual. Esperan que con ello se pueda seguir visibilizando sus causas, pues Verónica tiene más de 3 años de no saber de su hija; Beatriz más de 4 años; muchas madres del Bloque más de 5 años de no conocer qué pasó con sus familiares desaparecidos; y una gran cantidad de personas han muerto sin saber qué ocurrió con sus hijas, hijos, padres, madres, tías, tíos, abuelas, abuelos, que desaparecieron en el conflicto armado sin dejar rastro.
El cortometraje estará siendo proyectado en presentaciones públicas futuras organizadas por Alerta Raquel.
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