Organizaciones que fomentan la preservación de la memoria histórica de El Salvador, con el apoyo del Centro Monseñor Romero, inauguraron la exposición Huellas de la Memoria, una muestra compuesta por nueve altares en homenaje a las víctimas de diversos acontecimientos que marcaron al país durante el conflicto armado.
“Sin memoria, no sabemos dónde estamos ni adónde vamos” expresó Rodolfo Cardenal, director del Centro Monseñor Romero, al explicar que actividades como esta son fundamentales para la preservación de la memoria histórica de El Salvador. Además, destacó que este tipo de eventos promueven el apoyo mutuo entre organizaciones comprometidas con mantener viva la lucha por la verdad y la justicia en nombre de las víctimas del conflicto.
Cardenal subrayó que la pérdida del conocimiento de estos acontecimientos que han marcado la historia de El Salvador abre la puerta para que, nuevamente, las violaciones a los derechos humanos, la injusticia y la opresión se apoderen de la ciudadanía. “Si nos quitan la memoria, estamos permitiendo que nos sometan y nos dominen”, añadió.
A continuación, presentamos los nueve altares que componen la exposición Huellas de la Memoria: Altares a las víctimas del conflicto armado.
Comité de ex presos y ex presas Políticos de El Salvador (COPPES)
El altar COPPES se alza como un recordatorio silencioso y estremecedor. Sobre una base de madera se observan figuras esculpidas grandes y pequeñas, algunas frágiles, pero en su construcción cargan la memoria de un pasado doloroso. Cada una representa un método de tortura utilizado durante el conflicto armado: cuerpos suspendidos en el aire, rostros cubiertos, manos y pies amarrados. El altar no se limita a mostrar el sufrimiento; también narra la resistencia de quienes sobrevivieron y guardan estos recuerdos como parte de su identidad.
Asociación Pro-Búsqueda
Este altar es un espacio de esperanza y promesa. Sobre la base ambientada con elementos característicos de la niñez descansan muchas fotografías. Son los rostros de hombres y mujeres adultos que lloran de felicidad, pero cada foto guarda la historia de niños y niñas que alguna vez estuvieron separados de sus familias, extraviados en medio del conflicto armado. Estos rostros, serenos y con una alegría contenida, reflejan el largo viaje de regreso a su historia, a sus raíces y a los abrazos perdidos que esperaban por años.
El altar es un testimonio de la esperanza y la determinación de seguir reconstruyendo familias y sanar heridas; un espacio donde cada imagen es un abrazo que al fin llegó a casa, y una esperanza de que muchos más aún puedan encontrarse.
Comité de Madres y Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Asesinados Políticos de El Salvador, Monseñor Óscar Arnulfo Romero (CO-MADRES)
Al centro una escultura de Monseñor Romero, de su base se despliegan textos que cuentan la lucha colectiva, párrafos y frases escritos para preservar la valentía con la que mujeres, muchas de ellas madres, hermanas, y esposas, emprendieron la búsqueda de sus familiares.
Entre los textos, destacan las estampas de monseñor Óscar Arnulfo Romero, su guía y símbolo que irradia su mensaje de justicia y amor por los más vulnerables. Es un altar que no solo cuenta la historia de CO-MADRES, sino que es un acto de memoria viva, de resistencia y de fe en que algún día se hará justicia para aquellos que un día ya no regresaron.
Centro Monseñor Romero
El altar en homenaje a monseñor Óscar Arnulfo Romero es un recordatorio a aquellos que dieron su vida por la justicia de El Salvador. Sobre una mesa adornada con flores de papel, velas y la palma que simboliza el martirio, descansan fotografías y fragmentos de literatura sobre Romero y otros mártires como el padre Rutilio Grande. Sus rostros y palabras hablan a quienes se acercan, recordándoles el compromiso con los más pobres, con los olvidados y con la dignidad humana que defendieron hasta el último instante. Es un altar de esperanza y gratitud, un espacio donde el sacrificio de Romero, Rutilio y tantos otros se transforma en una semilla de esperanza para todos.
Fundación Comunicándonos
Al pie del altar se lee la frase: “La impunidad de ayer es la impunidad de hoy”. Rodeadas de cámaras, micrófonos, papel y lápiz se encuentran las fotografías de Koos Koster, Hans ter Laag, Jan Kuiper y Joop Willemsem, cuatro periodistas holandeses que fueron emboscados y asesinados por una patrulla del Batallón Atonal en Santa Rita, Chalatenango, en 1982. Un espacio que conmemora a todos aquellos periodistas que dieron su vida por defender el derecho al acceso a la información y la libertad de prensa en un contexto de guerra.
Víctimas de la masacre de El Calabozo, San Vicente y la masacre de El Mozote, Morazán
El altar en homenaje a las víctimas de las masacres de El Calabozo y El Mozote es un espacio de duelo y de esperanza, donde la memoria de aquellos que perdieron la vida prevalece como un motivo para continuar luchando por la justicia. Al centro del altar se observa una caja acompañada de papeles y lapiceros, donde quienes se acercan pueden escribirles un mensaje de esperanza a las víctimas.
Víctimas de la masacre del río Sumpul, Chalatenango
El altar en homenaje a las víctimas de la masacre del Río Sumpul es un espacio donde la memoria de cientos de vidas, en su mayoría de niños y niñas, cobra presencia. Sobre una mesa adornada con fotografías del lugar que fue escenario de aquel acontecimiento, descansan juguetes como bloques, chibolas y figuras de plástico con forma de animales, símbolos de una infancia interrumpida. Los juguetes, al lado de reliquias halladas en las exhumaciones, parecen contar las historias de quienes no alcanzaron a crecer. Un altar que refleja la promesa de recordar y honrar a las víctimas, de no dejar que sus nombres ni sus historias se desvanezcan.
Homenaje a los mártires UCA
Fotografías simbólicas de quienes fueron seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, están colocadas sobre una base de madera alrededor de rosas de papel, velas y la palma del martirio, pareciera como si aún estuvieran reunidos, compartiendo su misión y su espíritu incansable por la educación, la verdad y la justicia del pueblo salvadoreño.
Esta exposición surge en conmemoración del 35 aniversario de la masacre de los mártires UCA donde seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras fueron asesinados el 16 de noviembre de 1989, en las instalaciones de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), por un pelotón del Batallón Atlácatl de la fuerza armada de El Salvador y de la Semana de la Memoria Histórica Edición 2.