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Cada 14 de octubre de año se celebra un aniversario más de la canonización del obispo martir Oscar Arnulfo Romero.
Un 14 de octubre de 2018 fue llevado a los altares mayores de la iglesia católica el primer y único Santo que tiene, hasta este momento, el pueblo salvadoreño: la figura de Mons. Oscar Arnulfo Romero.
Aquel 2018, desde la basílica de San Pedro, la iglesia católica recibió con júbilo la celebración llevada a cabo por el Papa Francisco, con al menos 70,000 personas presentes.
El ya conocido como «San Romero de América», voz de los pobres y los oprimidos, fue canonizado en una ceremonia en la que también elevó a los altares a otros seis beatos, entre ellos el papa Pablo VI y la monja nacida en España Nazaria Ignacia March, que realizó toda su labor en Bolivia.
En aquella celebración el Papa Francisco portó el cíngulo -el cordón con borlas que se ata a la cintura- aún manchado de sangre que portaba Romero cuando fue asesinado por un comando de un disparo en el pecho el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba misa en el hospital de enfermos de cáncer La Divina Providencia, de la capital salvadoreña.
Romero se destacó por ofrendar su vida reclamando las injusticias que sucedían en los inicios del conflicto armado en El Salvador. Según el Informe de la Comisión de la Verdad, fue Roberto D’Aubuisson el actor intelectual de dicho asesinato. Las investigaciones siguen su curso aún con la impunidad sobre el caso.
El actual gobierno, del presidente Bukele, y su bancada oficialista, ha buscado la forma de cómo ocultar la imagen de Romero y darle más realce a la Fuerza Armada represora. Es por ello que, guarda silencio en estas fechas.
A arquidiosis de San Salvador celebró su canonización con una publicación en su cuenta oficial de Twitter.
