El abogado y político peruano es parte de un panel de expertos internacionales que han estudiado los Acuerdos de Paz de El Salvador a 30 años de su firma. Coinciden en que, si bien el proceso no fue perfecto, la sociedad que este país ha construido no fuese posible sin ese hito.
Por Diana Rivas, Kattia Merlos, edición Carlos Portillo
Gino Costa considera a El Salvador su segunda patria. Aquí nació una de sus hijas y aún se emociona hablando del país al que llegó para acompañarlo en uno de los procesos más complejos que ha vivido la nación: la reconciliación nacional después de una guerra fratricida.
“Lo importante fue acabar con la guerra civil que parecía interminable, que producía muertes todos los días”, dijo a VOCES en un video enlace desde Lima, Perú, país que le vio nacer y en el que en los últimos años ha ejercido como miembro de la Cámara de Diputados.
Costa, abogado y experto en seguridad ciudadana, es parte del panel internacional que la Fundación para el Debido Proceso (DPLF, sigla en inglés) reunió para elaborar el informe “Los Acuerdos de Paz de El Salvador y la construcción de la democracia: a 30 años de su firma”.
Su conexión con El Salvador es fuerte, pues pasó cuatro años de su vida siendo parte de la misión de Observadores de las Naciones Unidas en El Salvador (ONUSAL). “Fue muy importante, además fueron cuatro años decisivos para el país porque se llegó a firmar la paz y se sentaron las bases para la convivencia democrática que vivió el país en los años siguientes”, dijo el experto.
En una mirada hacia el pasado Gino Costa asegura que los Acuerdos de Paz “nos sacaron de la guerra”, lo cual en ese momento parecía imposible por la extrema violencia que se vivía desde ambos bandos. Además, establecieron los principios rectores para consolidar la democracia, sentaron las bases para que El Salvador no volviera a una situación de conflicto en el cual se registraron violaciones masivas de derechos humanos, con todo el daño que esto ocasionó a la sociedad, a la familia y a los salvadoreños en general.
El panel de expertos del que forma parte Costa también ha señalado “que los acuerdos descuidaron el tema económico y social que sigue siendo un problema acuciante en El Salvador”, así como “la adecuada atención a las víctimas de la violencia que todavía siguen exigiendo justicia y reparaciones”.
No fueron perfectos, pero visto en perspectiva, constituyen un hito en la historia salvadoreña y 30 años después si han tenido validez, expresó el político peruano.
Recomendó que para “pensar el presente y futuro de El Salvador es necesario hacerlo sin desconocer esos grandes principios rectores que en realidad son válidos para una democracia de post guerra como la salvadoreña, pero también son válidos para mi país, Perú, para el resto de América Latina y para todos los países del mundo”.
Otro de los grandes legados de los acuerdos fue la creación de una policía civil y profesional, a cargo de la seguridad pública y en contraposición a los cuerpos de corte militar, responsables de atrocidades contra población civil durante el conflicto.
“No estoy diciendo que estos 30 años fueron una maravilla, pero en términos del respeto a derechos humanos, en términos de evitar que desde el poder se persiga al opositor, se le detenga arbitrariamente, eventualmente se le liquide, se le acalle, eso era lo que siempre había ocurrido en el pasado y dejó de ocurrir gracias a los acuerdo de paz”, expresó Costa.