El legado del jesuita Jon Cortina, fundador de Pro-Búsqueda, está presente en el corazón de quienes trabajan por encontrar a las niñas y niños que la guerra arrebató de los brazos de sus padres. El pasado sábado se ofició una misa por su aniversario luctuoso en la capilla de la UCA.
Mucho de lo que se ha hecho se debe al padre Jon. Hay 463 casos resueltos, expresó Eduardo García, director ejecutivo de Pro-Búsqueda al resaltar el trabajo de la organización para dar con el paradero de la niñez que desapareció forzosamente en los años de la guerra.
Lamentó el poco avance del país para saldar esta deuda de justicia, al resaltar que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte-IDH) ha condenado a El Salvador por desapariciones emblemáticas, como en el caso de las hermanas Serrano Cruz.
“Llegó el caso de las hermanas Serrano Cruz a la Corte Interamericana y eso debió ser un baño de agua fría para el Estado salvadoreño- porque las hermanitas llegaron a la corte porque se le negó la justicia, la misma que se sigue negando a más de 500 casos que tiene Pro-Búsqueda sin poder resolver”, aseveró.
En este sentido, García recordó la obra del sacerdote Jon Cortina, quien se dedicó a apoyar a víctimas del conflicto armado y a reclamar justicia, consolando desde la fe cristiana a las madres de las niñas y niños desaparecidos.
Las palabras del director de Pro-Búsqueda fueron en el marco de una misa oficiada en la capilla de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas con motivo del 17 aniversario de la muerte del jesuita, ocurrida el 12 de diciembre de 2005.