La ministra del Interior del Reino Unido, Priti Patel, dio luz verde a la extradición del fundador de Wikileaks, Julian Assange, hacia Estados Unidos. El portal Wikileaks publicó un comunicado donde afirmó que apelaría la decisión de Patel, ya que la ley británica permite 14 días para que se utilice este recurso.
“Hoy no termina la lucha. Es solamente el comienzo de una nueva batalla legal. Apelaremos a través del sistema legal, la otra apelación será ante el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales. Pelearemos y gritaremos más fuerte en las calles, nos vamos a organizar y vamos a hacer que la historia de Julian sea conocida por todas las personas”, mencionó el comunicado.
Assange fue detenido el 11 de abril de 2019 por la policía británica en las instalaciones de la Embajada de Ecuador después de que el expresidente ecuatoriano, Lenin Moreno, le retirara la nacionalidad otorgada por el expresidente Rafael Correa. La exprimer minisitra, Theresa May, explicó que la operación respondía a una solicitud de extradición hecha por Estados Unidos. El fundador de Wikileaks enfrentaría 175 años en una prisión estadounidense.
Distintas organizaciones defensoras de derechos humanos reaccionaron ante la decisión de la ministra del Interior de autorizar la extradición.
La secretaria general de Amnistía Internacional, Agnes Callamard, expresó que la decisión envía un mensaje “escalofriante” a todos los periodistas alrededor del mundo. También, la Federación Internacional de Periodistas (IFJ), manifestó que este es un ataque hacia la libertad de prensa. “La decisión del Reino Unido de permitir la extradición de Assange es una venganza y un verdadero golpe a la libertad de prensa. Simplemente ha expuesto problemas que eran de interés público y el hecho de que Patel no lo reconozca es vergonzoso y sienta un precedente terrible”, dijeron en un tuit.
En 2010, Wikileaks publicó filtraciones de informes militares confidenciales de la guerra en Afganistán e Irak llevadas a cabo por los Estados Unidos. En estas, se documentaron distintos crímenes de guerra cometidos en los conflictos, el ocultamiento deliberado de crímenes cometidos por las fuerzas iraquíes entrenadas por el país estadounidense y la revelación de que habían más de 15,000 muertes civiles más de las que se había informado al público.
Tanto figuras políticas demócratas como republicanas condenaron las filtraciones. La secretaria de Estado del expresidente, Barack Obama, dijo que estas ponían en peligro la vida de estadounidenses. Desde entonces, los Estados Unidos colocó a Assange como un enemigo público, tal como reveló una filtración realizada en 2014 por el informático de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Edward Snowden.