El tema de la salud sexual reproductiva en pleno siglo XXI ya no debería de ser un tabú o controversia aseguran diferentes organizaciones feministas de Centroamérica, ya que, una educación sexual no significa libertinaje, sino más bien, es vital para evitar y prevenir un aumento de enfermedades por transmisión sexual y embarazos no deseados o productos de una violación.
“Las mujeres jóvenes aún tienen muchos tabús. Ahora mismo, no hay campañas del gobierno para la prevención de embarazos. Somos las organizaciones las que llevamos estas campañas. Y es alarmante que solo en 2022 se registraron más de 10 mil casos (de embarazos) entre 10 a 14 años con embarazos”, comentó Brenda Alvarenga, representante de Las Mélidas, El Salvador.
Y la situación no es muy diferente en Nicaragua, ya que Zoraida Torres, especialista en derechos sexuales y reproductivos en dicho país, lamentó que por la falta de educación sexual ya se registran varios casos de niñas de 15 años positivas al Virus de Papiloma Humano (VPH).
“Debemos explicar qué significa una relación sexual. Tenemos chavalas que buscan información. En las casas no se habla del abuso sexual, ni del embarazo en la adolescencia. Debemos prevenir, pero para prevenir tenemos que hacer campañas, pero lastimosamente en Nicaragua ya no podemos hacer campañas. Es una lástima que ya no se pueda compartir ni información sencilla”, expresó Torres.
Debido a la cultura y religiosidad de ambas naciones, la educación sexual sigue siendo un estigma, señalan las asociaciones feministas, que aseguran que si hubiese una apertura a hablar de derechos sexuales en los centros educativos e instituciones de salud se podrían prevenir enfermedades y embarazos no deseados o productos de alguna violación.
“Es preocupante, porque nuestras niñas y adolescentes están corriendo el riesgo por tener relaciones con edades parecidas o abusos sexuales”, señaló Brenda Alvarenga.