Las autoridades marroquíes dispersan a los manifestantes que intentaban llegar hasta el Parlamento del país para denunciar la normalización de lazos con Israel.
Los funcionarios marroquíes desplegaron el lunes un fuerte cordón policial, compuesto por cañones de agua y fuerzas antidisturbios, en la capital del país, Rabat, donde un grupo pro derechos humanos planeaba llegar hasta el Parlamento para expresar su ira por el reciente anuncio realizado por el Gobierno estadounidense sobre la normalización de lazos entre el régimen israelí y Marruecos, considerada una traición al pueblo palestino.
Al respecto, Sion Assidon, un activista marroquí presente en la protesta, criticó la falta de libertad de expresión en Marruecos y lamentó ante la prensa allí congregada, mientras era escoltado por la Policía, que todo aquel que exprese su desacuerdo “debe ponerse cinta adhesiva en la boca”.
Por su parte, Abdessamad Fathi, presidente de la Instancia marroquí para el Apoyo a los Asuntos de la Umma Islámica (comunidad islámica) ―un grupo afiliado al movimiento opositor Al-Adl Wal Ihsan―, mediante un comunicado publicado este martes en su cuenta de Facebook, ratificando su apoyo al pueblo palestino, ha rechazado el reciente acuerdo entre Rabat y el régimen de Tel Aviv.