Organizaciones de derechos humanos que integran el proyecto Centroamérica Diversa publicaron este año el primer informe cualitativo a nivel centroamericano sobre las condiciones en las que vive la población intersex y las prácticas discriminatorias relacionadas con la cirugía genital forzada a las que son sometidas debido a sus diferentes corporalidades.
“En el primer estudio que se hace en la región, de los principales hallazgos es el desconocimiento que hay dentro del mismo sector de salud sobre las condiciones intersex, sobre la misma definición de la población intersex, de la apatía que hay sobre todo de quienes son formadores del personal de salud en capacitar a sus estudiantes sobre la temática intersex”, dijo a VOCES la coordinadora costarricense de la organización Mulabi e integrante del Fondo de Derechos Humanos Intersex, Natasha Mata.
Mata, quién es activista trans e intersex, explicó que una persona intersex es una persona que nace con características sexuales diferentes tanto en órganos genitales como en cromosomas, niveles de hormonas y que difieren de lo que se considera estándar para los hombres y las mujeres, poseen tejido tanto ovárico como testicular y que se puede encontrar distintas variaciones de corporalidades intersex.
Es decir, la intersexualidad es una variación corporal y se refiere a aspectos biológicos del cuerpo. No es una condición médica o enfermedad y no se refiere a la identidad de género u orientación sexual de una persona.
El estudio entrevistó a personal de salud, formadores de salud, personas intersex, familiares de personas intersex y personal de salud comunitario en El Salvador, Honduras, Nicaragua, Guatemala y Costa Rica.
Las organizaciones revelaron que un común denominador entre los países y en los sectores público y privado es que no cuentan con guías clínicas o protocolos normados para el abordaje y atención de la población intersex en todas las etapas de la vida, especialmente en la atención que se les brinda después de las cirugías a las que son sometidas por su condición.
En este sentido, la activista explicó que a nivel de la región existe una práctica de cirugías en las personas intersex sin consentimiento o a la fuerza, de las cuales, no necesariamente afectan su vida o salud y en muchos casos estos procesos autorizados por los padres son por motivos “cosméticos, no funcionales”.
“Hay cirugías que sí puede afectar que generan incluso incapacidad, que generan incluso mutilaciones en niños y niñas intersex”, dijo.
La activista también dijo que para este informe centroamericano una de las dificultades fue la escasa información acerca de la población intersex y el patrón de irrespeto hacia las corporalidades intersex. “De hecho, la I, dentro de la comunidad LGTBI, a veces, alude a “I” de invisible y no de intersex”, consideró Mata.
Debido a esto, las organizaciones pidieron a los Estados de la región centroamericana fortalecer las políticas de atención integral a la población intersex, desarrollar estudios complementarios sobre sus condiciones, promover su inclusión en las sociedades, fortalecer el conocimiento del personal de salud en torno a esta temática, promover el desarrollo de protocolos específicos e incidir para erradicar las prácticas discriminatorias contra estas personas
“Hay que respetar y celebrar que hay una amplia variedad de corporalidades, una amplia variedad de saberes, de sentires, de orientaciones, de sexualidades… eso es lo que tenemos que celebrar. Yo creo que eso es lo que nos hace falta: más información y más respeto”, señaló Mata.
El estudio fue desarrollado por organizaciones de la región centroamericana, entre estas, la asociación Mulabi de Costa Rica y la Asociación Solidaria para Impulsar el Desarrollo Humano (ASPIDH) de El Salvador.