LIBERTAD. Ese es el anhelado tesoro que han recobrado este 9 de febrero más dos centenares de nicaragüenses que se atrevieron a alzar su voz contra el dictador Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
“Van al destierro, pero van hacia la libertad”, escribió el laureado escritor nicaragüense Sergio Ramírez en Twitter en un mensaje de reacción a la noticia que se viralizó esta mañana en el internet.
Fueron injustamente “condenados y procesados”, nunca debieron haber estado en esas cárceles, consideró quien fue vicepresidente de Nicaragua y ahora está exiliado en España, país del cual también tiene nacionalidad.
La periodista nicaragüense Cindy Régidor dijo que las 222 personas desterradas y a quienes se les han suspendido sus derechos civiles y políticos de forma perpetua son admirables y aman a Nicaragua. Algún día volverán a su patria.
“Ninguna ley, discurso mentiroso, ni atropello a sus derechos pueden empañar el alivio de que estén fuera del horror de las cárceles de la dictadura”, escribió la periodista de Confidencial en Twitter.
Los presos políticos fueron transportados en avión a Washington, Estados Unidos, pero como parte de una sentencia del régimen fueron inhabilitados de forma perpetua para ejercer la función pública en nombre de Nicaragua, ejercer cargo de elección popular y han quedado suspendidos sus derechos ciudadanos.
La Asamblea Nacional, fiel a Ortega, aprobó tras el destierro quitarles la nacionalidad nicaragüense.