Para evitar que se repita el caos del primer debate entre los dos candidatos a la presidencia, los organizadores del último y definitivo mano a mano entre Donald Trump y Joseph Biden, previsto para este jueves, han decidido silenciar los micrófonos de quien no tenga el uso de la palabra, para impedir interrupciones y réplicas indebidas durante la exposición inicial, de dos minutos por cada aspirante y bloque temático.
Los dos candidatos debían haber celebrado un debate el pasado jueves, pero la comisión cambió las reglas para permitir que fuera en formato virtual después de que el presidente diera positivo por coronavirus. Trump decidió entonces no acudir y los dos participaron en emisiones televisivas simultáneas en cadenas contrarias. El debate del jueves será la última vez que ambos rivales se vean las caras antes de la elección del 3 de noviembre.
En una entrevista concedida este martes a la cadena Fox, el presidente de Estados Unidos y candidato conservador ha cuestionado las nuevas normas y denunciado la parcialidad de la Comisión de Debates Presidenciales, responsable de organizar el acto, asegurando que “no son buenas personas” y que “no hay nada justo” en el nuevo modo de debatir acordado. “Es de locos”, zanjó el mandatario. La elección de los temas que serán objeto de discusión tampoco ha complacido al presidente.
La Comisión de Debates Presidenciales ha explicado en un comunicado que «ambas campañas reafirmaron de nuevo esta semana su acuerdo con la norma de los dos minutos ininterrumpidos». Y añade: «la Comisión anuncia que para garantizar el cumplimiento de esta norma acordada el único candidato cuyo micrófono estará encendido durante estos periodos de dos minutos será el candidato que tenga la palabra».