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El presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, se encuentra hoy a solo pocas horas de una toma de posesión sin precedentes en este país, justo en medio de una pandemia y fuertes divisiones internas.
Así reseña en su sitio digital el diario The Hill y ofrece detalles sobre cómo ese acto demanda una movilización militar nunca antes vista, con el fin de mantener la seguridad en Washington DC, tras los disturbios en el Capitolio el pasado 6 de enero.
La inauguración iba a verse y sentirse diferente incluso antes de ese desastroso evento, dado el peligro que representa la pandemia de Covid-19, indica ese medio especializado en temas del Congreso.
Ante el peligro de propagación del virus, de las 200 mil personas que son invitadas generalmente para ese tipo de ceremonia, esta vez se restringieron a unos mil miembros del Congreso, expresidentes y dignatarios.
‘Pero la inauguración ha adquirido un tono mucho más oscuro desde el saqueo del Capitolio, que una vez más ha expuesto profundas fisuras políticas en la nación y ha aumentado el grado de dificultad de Biden para abordar los desafíos que enfrenta el país’, subraya The Hill.
Al respecto, señala la toma de posesión de Abraham Lincoln, durante la Guerra Civil, y el juramento de Franklin Roosevelt, durante la Gran Depresión, como las últimas ocasiones en las cuales un presidente entrante tomó el juramento de su cargo enfrentando tales niveles de discordia e incertidumbre.
Para la toma de posesión de Biden mañana, se desplegarán unos 21 mil soldados de la Guardia Nacional en Washington, y muchos de ellos estarán armados.
El transporte y la movilidad en la capital estadounidense ya se redujo drásticamente, en tanto la Explanada Nacional, que reúne a varios monumentos emblemáticos, está cerrada.
Alrededor del Capitolio hay cercas con alambres de púas y en numerosas calles cercanas a la Casa Blanca no se permite el acceso mediante fuertes barricadas.
El director del Buró Federal de Investigaciones, Christopher Wray, alertó sobre la ‘extensa’ charla en línea referida a protestas y mítines potencialmente violentos, tanto en Washington DC como en las capitales estatales de todo el país.
Incluso el domingo por la noche, hubo informes de que las tropas de la Guardia Nacional eran examinadas para protegerse de posibles ataques de ‘internos’.
Por su parte, el presidente saliente, Donald Trump, quien se enfrenta ahora a un juicio político por su responsabilidad de incitar los hechos violentos en el Capitolio, anunció que no irá a la toma de posesión de Biden.
Esto lo convierte en el primer presidente en funciones desde 1869 en no asistir a la ceremonia.
Mientras tanto, Trump insiste en sus acusaciones sin pruebas, sobre un supuesto fraude en las elecciones del 3 de noviembre de 2020 y decidió que el Air Force One lo lleve a Florida, horas antes de que su sucesor recite el juramento del cargo.
Fuente: Prela