OBSERVACOM
Una nueva audiencia del Senado estadounidense con los directores ejecutivos de Facebook y Twitter dejó en evidencia que tanto senadores demócratas como republicanos coinciden en la urgencia de controlar el poder de las redes sociales, aunque difieren en las prioridades: centrarse en la desinformación o en el sesgo en el tratamiento de los contenidos que se publican en sus redes.
Durante cuatro horas de audiencia virtual, Mark Zuckerberg y Jack Dorsey, las máximas autoridades de Facebook y Twitter respectivamente, aseguraron que sus compañías están tomando medidas sin precedentes. “Hemos llevado a cabo el mayor esfuerzo por la integridad de un proceso electoral que ha hecho una compañía privada en tiempos recientes”, dijo Zuckerberg en su defensa.
No obstante, la aparente necesidad de un mayor control sobre el poder de las empresas para moderar contenidos en sus plataformas generó consenso entre republicanos y demócratas. “No quiero que el Gobierno asuma el papel de decir qué tuits son legítimos y cuáles no. Pero cuando hay compañías que tienen el poder de los Gobiernos, mucho más que los medios tradicionales, algo hay que hacer”, afirmó el senador republicano Lindsay Graham, presidente del Comité Judicial que recibió la audiencia.
La justificación legislativa de convocar a estas audiencias es debatir la reforma de la Sección 230 de una ley sancionada en 1996 por la cual se libera a las compañías tecnológicas de la responsabilidad por los contenidos publicados en sus plataformas Dorsey, de hecho, defendió la norma. “Si no hubiéramos contado con esas protecciones cuando comenzamos hace 14 años, no podríamos haber empezado”, señaló.
Sin embargo, tanto republicanos como demócratas apoyan una reforma de la Sección 230. “Debemos encontrar una manera de que cuando Twitter y Facebook toman una decisión sobre qué es fiable y qué no, qué permitir y qué no, haya una transparencia en el sistema. La sección 230 debe cambiarse porque no podemos avanzar de aquí a allá sin una reforma”, dijo el senador Graham.
Las audiencias del Senado estadounidense, que incluyeron previamente a otras grandes plataformas, se abocan progresivamente a tratar el peligro de mantener un modelo de regulación privada de contenidos, en el cual las plataformas están exentas de transparentar sus mecanismos y, sobre todo, poseen atribuciones que colisionan o ponen en riesgo los derechos humanos de los ciudadanos en Internet.