“Mi amiga Verónica”

Verónica Delgado es una de las madres que integra el Bloque de Búsqueda de Personas Desaparecidas de El Salvador. Tras ser capturada el 11 de marzo, once días después se llevó a cabo la audiencia preliminar, donde se le decretaron medidas sustitutivas a la detención. Delgado busca a Paola Arana, su hija desaparecida desde mayo de 2022. A ella la reconocen como una madre buscadora y una defensora de los derechos humanos.

Beatriz Hernández, al igual que Delgado, pertenece al Bloque de Búsqueda. Hernández busca a su hija Marcela Hernández, quien fue vista por última vez el 19 de abril de 2021. Tanto Beatriz como Verónica procuran estar presentes en cada actividad conmemorativa, informativa o en las que exigen al Estado verdad y justicia para los desaparecidos. Cada momento de esos ha formado un lazo de amistad entre ellas.

Esta es la mirada de sororidad de Beatriz Hernández sobre su amiga Verónica. Esta opinión de Beatriz fue obtenida por VOCES minutos antes de que a Verónica se le notificaran medidas sustitutivas a la detención. Sin embargo, Verónica sigue detenida pese a tener una orden para su libertad.

Indignación y sororidad

Yo como amiga, compañera y madre que soy, buscadora al igual que ella, considero que es algo indignante lo que han hecho las autoridades.

La verdad es que nos llevamos muy bien. Nos hicimos amigas en el Bloque de Búsqueda. Lo que más nos ha dejado tan conmovidas es que deja a la bebé de Paola, su hija desaparecida. Nos ponemos a pensar y yo me pregunto: “¿quién estará con Valentina?”, si solo ella la cuidaba y la bebé no se dejaba cuidar por nadie más que Verónica.

De verdad, la extraño por ser mi amiga, por ser sincera, por ser confidente conmigo. Antes de ser capturada, ella había quedado de venir a mi casa y luego, iría yo a la de ella.

Las niñas mías con las de ella se querían mucho. Cuando la veía me alegraba. Cada vez que nos veíamos nos dábamos un fuerte abrazo porque lo sentíamos. Toda vez que ella me ha visto mal, me ha dado palabras de aliento, me ha dicho que siga adelante. De igual forma yo con ella cuando ella me decía “la presión se me ha bajado”, “me siento mal” o cuando lloraba y me contaba su situación. Había momentos incluso en los que no tenía tampoco para pagar el alquiler de su casa. Eso me lo confiaba.

Hemos sido amigas intimas y lo vamos a seguir siendo, primero Dios. Estoy segura y tengo fe en Dios, que saldrá bien de todo, que va a salir ilesa y que no le encontrarán nada porque ella es así. No ha hecho ningún delito para que pase por este duro momento.

Esperamos que pronto esté con nosotras. Es un vacío que ella nos ha dejado a todas las mamás del Bloque, porque ella se dejó querer mucho, es comprensiva, y siempre me ha gustado su amistad y hablar con ella en cada ocasión posible.

Días antes de su captura

El día 9 de marzo que fue la marcha en conmemoración del Día Internacional de la Mujer, un día antes, ella llorando me llamó diciéndome que no iba a poder llegar. Le pregunte por qué, y me respondió: “porque no tengo dinero para encaminarme. Solo tengo dos dólares y yo no sé cómo voy a hacer, pero de que voy a ir voy a ir, porque cómo va a estar la foto de mi Paola ahí y yo sin estar presente. Me voy a morir si llego a hacer un día eso. Yo quiero estar ahí, porque nunca me ha gustado dejar la foto de mi hija abandonada. Siempre en todos los eventos cuando se trata de mi hija quiero estar ahí me cueste lo que me cueste”.

Gracias a Dios estuvimos todo ese día juntas, nos vimos ese sábado 9 de mayo y luego en el parque Cuscatlán y luego, en una consulta con la psicóloga. A las 2:00 p.m. nos tocaba la cita. A mí a la 1:30 de la tarde y a ella a las 3:30. Yo como su amiga y madre buscadora la esperé y nos fuimos juntas. Ella se fue para su casa y yo para la mía. Fue un día muy bonito.